A veces está sola la pulga, pero hay épocas en que las ventas crecen notablemente
Por: Elizabeth Monroy
SABINAS, COAH.- Rosa Irma Rodríguez Pérez, una locataria con más de 30 años de trayectoria en las pulgas de la Sarabia, nos comparte su historia y su travesía en el mundo del comercio.
Señaló que tras el fallecimiento de su esposo, Rosa Irma se vio en la necesidad de dedicarse al comercio y encontró en las pulgas de la Sarabia el lugar perfecto para comenzar su negocio.
"Inicié con poca mercancía, pero poco a poco fui invirtiendo para acrecentar mis ventas," comenta Rosa Irma. Actualmente, su puesto ofrece una variedad de artículos, desde ropa y zapatos hasta artículos para el hogar y productos personales.
Los días de trabajo para Rosa Irma son los sábados y domingos, comenzando desde muy temprano y, en ocasiones, hasta muy tarde. Ella explica que la cuota de alquiler varía para cada locatario, ya que algunos rentan solo un espacio mientras que otros ocupan hasta seis. Aunque admite que a veces los sábados pueden estar "bien solos," enfatiza que la persistencia es clave en este negocio.
"Es como todo negocio, a veces los sábados se pone bien fregado, bien solo, pero uno que se dedica a esto necesitamos terquearlo," dice Rosa Irma. A pesar de los desafíos, planea continuar en las pulgas de la Sarabia "hasta que Dios la deje seguir."
Con tres décadas en este espacio de la jabonera, Rosa Irma ha desarrollado una relación cercana con otros locatarios y a menudo ayuda a acomodar a los comerciantes, ya que ella llega muy temprano para ganarle al sol. "Cuando se viene la lluvia, aunque el techo no está muy bien que digamos, seguimos acomodando y no paramos de trabajar," añade.
A pesar del clima adverso, Rosa Irma destaca que la gente sigue asistiendo a la pulga de la Sarabia los fines de semana, ya sea para comprar o simplemente para echarse un taquito.
Ella pide a la ciudadanía que apoyen a los comerciantes locales, ya que ellos también se esfuerzan en ofrecer buenos precios y están abiertos al regateo. Rosa Irma concluye mencionando que, tras tantos años en el negocio, ha desarrollado un buen ojo para detectar a sus clientes habituales y aquellos que le regatean. Agradece a sus clientes asiduos que la visitan cada fin de semana y reitera su compromiso con el comercio local.
"Primero Dios, aquí estaremos, aquí los esperamos," finaliza Rosa Irma con optimismo y gratitud.