Venta de comida chatarra desafía prohibición en escuela de Ramos Arizpe

La presencia de vendedores informales obstaculiza la promoción de una cultura alimentaria saludable en escuelas

Por: Monserrat Rodarte

RAMOS ARIZPE, COAHUILA.– Aunque desde marzo entró en vigor la prohibición federal de vender comida chatarra en las escuelas, en una primaria del municipio de Ramos Arizpe la medida parece letra muerta o al menos se pudo apreciar que ya se ha relajado la restricción.

Durante el recreo, comerciantes ambulantes se colocan afuera del plantel y los alumnos, a través del barandal, compran frituras, nieves, jugos y refrescos.

Un escenario que no es muy diferente al interior de la escuela donde la situación no mejora, pues aún se ofrecen productos ultra procesados, sumado a que algunos padres de familia los introducen de manera discreta en las mochilas de sus hijos.

Esta práctica contradice los lineamientos establecidos por la Secretaría de Educación Pública, que prohíben el expendio y consumo de alimentos con sellos de advertencia, como frituras, dulces y bebidas azucaradas, con el objetivo de reducir los índices de obesidad y diabetes infantil.

Cabe destacar que en Coahuila, durante las últimas estadísticas se informó que el 40 % de los niños padece sobrepeso u obesidad, según datos del Colegio de Pediatras de Saltillo, mientras que a nivel nacional la cifra alcanza al 37 % de los menores de entre 5 y 11 años, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.

Por su parte las autoridades educativas han insistido en la importancia de fomentar una cultura alimentaria saludable dentro de las escuelas; sin embargo, la falta de vigilancia y la presencia de vendedores informales siguen siendo un obstáculo. Además, muchos planteles carecen de opciones de alimentos nutritivos y accesibles para los alumnos.

Mientras tanto, los esfuerzos por frenar la obesidad infantil se enfrentan a la realidad cotidiana: niños que prefieren un refresco a un vaso de agua y padres que, por costumbre o conveniencia, siguen optando por lo más rápido, aunque no sea lo más sano.

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