El padre Carrillo Alba también mencionó que ha estado en contacto con algunos de los familiares de los mineros encontrados
Por: Elizabeth Monroy
SABINAS, COAH. – Tras la misa celebrada en honor a los mineros del Pinabete, el padre Mariano Carrillo Alba, ofreció emotivas palabras de resignación y consuelo a los familiares de los mineros que perecieron en la tragedia. La ceremonia, llevada a cabo en el segundo aniversario luctuoso del accidente minero, se convirtió en un momento de reflexión y solidaridad para la comunidad afectada.
El padre Carrillo Alba destacó que la misa se desarrolló en un ambiente de solemnidad y respeto, con el dolor propio de la tristeza que hace dos años impactó los corazones de los familiares. Sin embargo, la fe y la esperanza de que sus seres queridos están con Dios ofrecieron un consuelo profundo a todos los presentes.
"La pérdida de sus seres queridos es un golpe muy duro, pero quiero recordarles que no están solos en este sufrimiento", dijo el padre Carrillo Alba. El mensaje principal del sacerdote a los dolientes fue de resurrección y vida eterna, enfatizando que el Hijo de Dios nos ha traído la promesa de la vida eterna y que este consuelo es fundamental. "La vida no termina con la muerte, es un paso que tenemos que dar, un camino que tenemos que seguir como lo hizo nuestro Señor Jesús", añadió.
El padre Carrillo Alba también mencionó que ha estado en contacto con algunos de los familiares de los mineros encontrados, para ir a bendecir los cementerios donde reposan los restos entregados recientemente. "Lo más importante es saber que nos preocupamos por ustedes, al igual que lo están haciendo las instituciones, la Comisión Federal de Electricidad, el departamento de Protección Civil y el gobierno en general", destacó, subrayando el apoyo continuo de diversas entidades.
Para los dolientes que no pudieron asistir a la misa, el padre Carrillo Alba envió un mensaje de esperanza: "Permanezcamos asistidos por la gracia de Dios, tomados de su mano. Aunque el dolor sea muy grande, sepan que Dios es aún más grande". El sacerdote se comprometió a continuar visitando a los familiares, ya sea en sus domicilios o en el cementerio, para realizar celebraciones y brindar consuelo.
A dos años del trágico acontecimiento, el padre Carrillo Alba observó que los familiares muestran signos de mayor resignación. "Gracias a Dios, estuvieron participando en la celebración con devoción y piedad", concluyó, expresando su gratitud por la fe y la fortaleza demostrada por la comunidad en estos tiempos difíciles.
Esta ceremonia, marcada por el dolor y la esperanza, refuerza la lucha de los familiares y la comunidad por un entorno laboral más seguro y por el reconocimiento del sacrificio de los mineros que perdieron sus vidas en la tragedia de El Pinabete.