Prevención de la violencia contra mujeres desde la infancia: un llamado a la acción

Pláticas y talleres en planteles educativos revelan señales preocupantes de violencia en el noviazgo entre estudiantes, alerta la Secretaría de las Mujeres.

Por: Hilda Sevilla

SALTILLO, COAH.- La violencia contra las mujeres no comienza en la adultez, se siembra desde la infancia; así lo advirtió la secretaria de las Mujeres en Coahuila, Mayra Valdés González, al señalar la importancia de intervenir desde edades tempranas para erradicar patrones culturales que normalizan conductas agresivas en el núcleo familiar y las relaciones afectivas.

Valdés González subrayó que transformar el tejido social exige un cambio profundo en la manera en que niños, niñas y adolescentes aprenden sobre relaciones humanas.

"Tenemos que dejar de normalizar el maltrato dentro de las familias y enseñar, desde la infancia, que una relación sana no implica control ni violencia. Si no actuamos a tiempo, ese maltrato escala, y puede terminar en feminicidio", advirtió.

La Secretaría de las Mujeres implementó pláticas y talleres en planteles educativos, donde, según explicó la funcionaria, han detectado señales preocupantes de violencia en el noviazgo entre estudiantes. Comportamientos como el control del celular, los celos, la manipulación emocional y las conductas posesivas son cada vez más frecuentes entre adolescentes.

"Cuando hablamos con ellos, notamos reacciones que nos alertan, risas nerviosas, comentarios que reflejan desconfianza en sus relaciones. El problema es que no saben que eso ya es violencia", expresó Valdés.

La titular de la dependencia recalcó que la violencia psicológica es la modalidad más común, y también la más difícil de detectar, ya que muchas veces se ejerce a través del chantaje, la culpa o el sometimiento emocional. Esta forma de agresión, aunque no deja marcas visibles, puede causar daños profundos en la autoestima y estabilidad emocional de las víctimas.

Además, destacó el aumento de casos de violencia vicaria en personas adultas, es decir, situaciones donde uno de los progenitores utiliza a los hijos como instrumento de control durante procesos de separación o divorcio: "Es una forma cruel de violencia que afecta directamente a niñas, niños y adolescentes", finalizó.

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