El trabajo artesanal de los piñateros de Saltillo
Por: Monserrat Rodarte
SALTILLO, COAHUILA.- Con la llegada de diciembre, el centro de Saltillo vuelve a encender uno de sus espectáculos más queridos: el de las piñatas colgando en fila sobre banquetas, puertas y marquesinas.
La tradición de las piñatas en diciembreEn la zona de Matamoros y aledañas, donde cada año se concentra la venta fuerte, los artesanos trabajan desde temprano entre olor a engrudo, montones de papel periódico y rollos interminables de papel de china. Para muchos, ésta no es solo la temporada alta: es la época que da sentido a un oficio que ha pasado de generación en generación.
"Cuando empieza diciembre ya sabemos que no vamos a descansar", dice entre risas un artesano que acomoda piñatas recién terminadas. Y es cierto: los pedidos se multiplican, desde la clásica estrella de siete picos, hasta personajes como renos, Santa Claus y el ya querido y solicitado Grinch se convierten en los diseños que terminan en las posadas escolares o reuniones familiares.
El trabajo artesanal de los piñateros de SaltilloA pesar de la invasión de decoraciones industrializadas, las piñatas artesanales mantienen su atractivo. El encanto está en los detalles hechos a mano, en el brillo de las tiras de papel moviéndose con el viento y en la nostalgia que despierta verlas colgadas, esperando a ser parte de una fiesta.
Los precios varían según el tamaño y la elaboración, pero la oferta es amplia: desde piñatas accesibles de 150 pesos para las posadas del barrio hasta verdaderas "obras de papel" en 600 pesos o más para quienes buscan hacer un festejo más vistoso.
El impacto de las piñatas en la comunidadDesde hace años la piñata decembrina es más que un adorno: es un punto de encuentro. Una invitación a recordar la infancia, a reunir a la familia, a contar historias de años pasados y a renovar una tradición que sobrevive porque está hecha de lo más sencillo y lo más profundo: papel, color y comunidad.