En 2016, un joven vendedor acaparó la atención de las redes sociales por su singular forma de vender empanadas en las playas de Acapulco. En 2016, un joven vendedor acaparó la atención de las redes sociales por su singular forma de vender empanadas en las playas de Acapulco.
Por: Staff / La Voz
En 2016, un joven vendedor acaparó la atención de las redes sociales por su singular forma de vender empanadas en las playas de Acapulco.
Con una habilidad asombrosa para las palabras y una capacidad de convencimiento que cautivaba a cualquier turista que se cruzara en su camino, el carismático chico rápidamente se ganó el corazón de los mexicanos.
Francisco Orihuela Ramírez, conocido popularmente como "Paco el de las empanadas", no solo destacaba por su talento para las ventas, sino también por su jovialidad y simpatía.
La verdad por la que Paco no se fue con Elías Ayub
Su éxito fue tal que captó la atención del empresario Arturo Elías Ayub, quien incluso le ofreció apoyarlo para desarrollar su futuro profesional. Sin embargo, lo que parecía ser el inicio de una historia de éxito empresarial, terminó por desvanecerse.
Aunque se rumoró que Paco decidió continuar con la venta de empanadas porque le generaba más ingresos que cualquier acuerdo con el empresario, la realidad fue distinta.
En su reciente aparición en un podcast con el youtuber Doble G, Paco reveló que, debido a su minoría de edad, la decisión no estaba en sus manos. Según relató, fue el esposo de su madre quien le negó la oportunidad de asociarse con Elías Ayub, lo que marcó un giro inesperado en su vida.
En sus propias palabras, habló sobre los abusos físicos y emocionales que sufrió a manos de su padrastro, quien no solo le prohibió seguir sus sueños, sino que llegó a golpearlo frente a su madre, sin recibir apoyo alguno de ella.
Le pedía perdón por no vender todas las empanadas
Paco incluso contó que pasaba todo el día en la playa pero para vender todas sus 300 empanadas, con las que llegaba desde las 10 de la mañana.
Volvía de casa hasta la 10 u 11 de la noche, tocaba y le abrió su padrastro a quien le pedía perdón por no vender todas sus empanadas, aunque en ocasiones solo le quedaban 5.
Acusó que su padrastro era manipulador, al grado de hacerlo sentir mal por ello, ya que lo golpeaba por regresar con producto a casa.
Relata que pasaba hasta 5 veces con la misma gente insistiendo y rogando por que le compraran debido a los abusos que sufría.
Mi padrastro abrió la puerta. Yo todavía pedía perdón por no vender todo. A ese grado había manipulado tanto en mí... Neta perdón le dije, sí le ofrecí a todos. Pasé 3, 4, 5 veces con la misma gente, les rogué que me las compraran. Y esa noche me acuerdo que, con la fuerza de alguien de 40 años, me metió un trancazo".
Además dijo que al caer del golpe, vio que su mamá bajó y estaba esperanzado en que ella interviniera, pero "vio lo que me estaban haciendo... y se subió".
Menciona que en el piso le dio 2 o tres golpes más, y cuando se pudo levantar le dijeron de forma amenazante "ponte a hacer las empanadas. Y aguas donde te quedes dormido".
Con este relata da cuenta que era explotado laboralmente por la pareja de su madre.