Así luce hoy el Gólgota, el sitio sagrado donde Jesús fue crucificado

Así luce hoy el Gólgota, el sitio sagrado donde Jesús fue crucificado

Pocos sitios en el mundo tienen la capacidad de conmover tanto como el Gólgota, también conocido como el Calvario, la colina donde, según la tradición cristiana, Jesucristo fue crucificado.

Por: Staff / La Voz

Jerusalén. – Pocos sitios en el mundo tienen la capacidad de conmover tanto como el Gólgota, también conocido como el Calvario, la colina donde, según la tradición cristiana, Jesucristo fue crucificado. Hoy en día, ese lugar permanece como un símbolo profundamente espiritual, histórico y cultural, atrayendo a millones de peregrinos de todas partes del mundo.

Desde el punto de vista de la fe, visitar el Gólgota representa caminar en los pasos de Jesús durante sus últimas horas, mientras que para los interesados en la historia, este sitio es una ventana viva hacia los primeros siglos de la cristiandad y los orígenes del culto cristiano.


 El Calvario: tras las huellas de la crucifixión

De acuerdo con la tradición católica, Jesús fue crucificado en una colina rocosa a las afueras de Jerusalén en el siglo I d.C. Conocida en arameo como Gólgota —que significa "Lugar de la Calavera"—, esta ubicación fue eventualmente integrada dentro de la ciudad conforme creció la urbe.

En el año 326 d.C., la madre del emperador romano Constantino, Santa Elena, realizó una peregrinación a Tierra Santa. Según la historia cristiana, fue allí donde descubrió la cruz en la que murió Jesús. Como consecuencia, Constantino ordenó la construcción de una basílica monumental sobre el sitio, dando origen a lo que hoy conocemos como la Iglesia del Santo Sepulcro.


 Una historia de destrucción, restauración y fe

A lo largo de los siglos, el templo ha vivido múltiples transformaciones. El emperador Justiniano encabezó una gran restauración aproximadamente un siglo después de su fundación. Sin embargo, en el año 1009, el califa fatimí Hakim ordenó su destrucción casi total, lo que dejó el sitio en ruinas durante años.

Pese a este ataque, la fe de los cristianos y el paso del tiempo permitieron que la basílica fuera reconstruida y ampliada por diversas órdenes religiosas, como los cruzados, ortodoxos griegos, franciscanos y armenios, todos custodios del lugar en la actualidad.


 El Gólgota hoy: una experiencia de recogimiento y asombro

Al ingresar en la Iglesia del Santo Sepulcro, la experiencia es sobrecogedora. El Gólgota, ahora contenido dentro del templo, se encuentra elevado sobre el nivel actual del piso, y es accesible a través de dos escaleras empinadas.

En este espacio se sitúan dos capillas que conmemoran el sitio donde, según la tradición, fueron alzadas las tres cruces de la crucifixión: la de Jesús y las de los dos ladrones. Las capillas están adornadas con piedras preciosas, mosaicos brillantes y figuras bíblicas que representan el viacrucis y el drama de la Pasión.


La piedra de la Crucifixión

Uno de los elementos más conmovedores es el altar de la Crucifixión, situado en la capilla ortodoxa. Debajo del altar, los peregrinos pueden introducir su brazo por una abertura para tocar, según la creencia, la roca donde se alzó la cruz de Cristo.

Unos pasos más adelante se encuentra otro lugar igualmente venerado: la ´Piedra de la Unción´, donde —según la tradición— el cuerpo de Jesús fue preparado para el entierro con aceites y aromas. Esta piedra es frecuentemente cubierta con pétalos de rosa y es perfumada por los fieles como signo de respeto.


 ¿Qué se puede hacer dentro de la capilla del Calvario?

El sitio cuenta con una división de jurisdicción religiosa. Cada comunidad cristiana conserva su propio espacio y forma de veneración dentro del templo:

  • Los griegos ortodoxos custodian el altar sobre el Gólgota.

  • Los franciscanos veneran el lugar donde Santa Elena halló la cruz.

  • Los armenios se concentran en la zona donde, según su tradición, la Virgen María observó la muerte de su hijo.

Los fieles pueden rezar, encender veladoras, dejar ofrendas y arrodillarse ante los distintos altares. Las liturgias se celebran a lo largo del día en diversos idiomas, lo que refleja la universalidad del lugar.


Un sitio de peregrinación y turismo espiritual

El Gólgota y la Iglesia del Santo Sepulcro atraen tanto a creyentes como a viajeros interesados en la historia, el arte y la arqueología. Es común encontrar filas de visitantes esperando su turno para orar, tomar fotografías o simplemente contemplar el simbolismo del sitio.

A pesar de su carga religiosa, la experiencia trasciende credos, ya que permite a los visitantes conectarse con uno de los momentos más significativos de la historia humana, independientemente de su fe.


 Horarios y accesos

El templo abre sus puertas al público todos los días del año, con horarios que varían según la temporada:

  • De abril a septiembre: de 5:00 a.m. a 9:00 p.m.
    (con cierre dominical a las 8:00 p.m.).

  • De octubre a marzo: de 4:00 a.m. a 7:00 p.m.

La entrada es gratuita, pero se recomienda discreción en el vestir y una actitud respetuosa en todo momento, ya que se trata de un lugar de culto activo.


 ¿Dónde queda el Gólgota exactamente?

Aunque en tiempos de Jesús el Gólgota estaba fuera de los muros de Jerusalén, el crecimiento de la ciudad ha hecho que hoy se encuentre dentro de la Ciudad Vieja, en el barrio cristiano. Está a pocos metros de la Puerta de Damasco y del mercado árabe, lo que lo hace accesible a pie para quienes recorren el casco histórico.

El área puede resultar confusa para los visitantes primerizos, por lo que contratar un guía local o unirse a un recorrido grupal puede enriquecer mucho más la experiencia.


 Un encuentro con la historia viva de la fe

Para muchas personas, visitar el Gólgota no es solo un viaje turístico, sino una peregrinación espiritual que invita a la introspección, la humildad y la renovación del alma.

Incluso aquellos que no profesan la fe cristiana, suelen coincidir en que se trata de un lugar único en el mundo, con una atmósfera que mezcla el misterio, la emoción y el poder de la historia.


 La tradición sigue viva

Cada Viernes Santo, miles de fieles de todas las nacionalidades recorren la Vía Dolorosa, el camino que —según la tradición— Jesús siguió hasta el Gólgota. El recorrido concluye en la Iglesia del Santo Sepulcro, y cada estación representa una escena de su sufrimiento y sacrificio.

El Gólgota, a más de dos mil años de los hechos narrados en los Evangelios, continúa conmoviendo corazones y atrayendo a quienes buscan respuestas, consuelo o simplemente un contacto más íntimo con la historia.

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