Por: Agencia
AUSTRALIA.- En los últimos meses el fuego ha consumido más de 4 millones de hectáreas. Al menos 24 personas han muerto, siete en la última semana, y se calcula que 480 millones de animales fallecieron solamente en los incendios de Nueva Gales del Sur. El fuego ha destruido más de 1500 hogares.
Zonas enteras del país se ahogan en el humo y los gases tóxicos, que ya han llegado hasta Nueva Zelanda, mientras que Canberra, la capital, se llevó hace poco el título de la ciudad con la peor calidad de aire en el mundo. En muchas zonas, el cielo se tiñe de color rojo sangre; en otras, no se ve nada en pleno día. El avance de las llamas ha obligado a poblaciones enteras a dirigirse a las costas y playas, donde las Fuerzas Armadas australianas esperan poder evacuarlos en lanchas neumáticas y buques de guerra probablemente en la operación marítima pacífica más grande de la historia de Australia.
Más allá de cifras y números, la situación en Australia es indescriptible. Las imágenes evocan la palabra “apocalíptico” constantemente. Y se espera que empeore; las autoridades advierten que estos infiernos, que se propagan gracias a las olas de calor y los vientos secos, podrían continuar durante cuatro meses más.
Cada día, aparecen más fotografías de la primera línea de fuego que muestran la extensión y devastación de las voraces llamas, y las terribles secuelas que dejan a su paso, que han devorado poblaciones enteras en uno de los desastres medioambientales más severos que ha conocido Australia.