Biden y Lula Da Silva debatirán sobre la crisis electoral en Venezuela tras dudas sobre la legitimidad de los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral.
Por: Agencia
El presidente estadounidense Joe Biden mantendrá una conversación con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sobre la crisis electoral en Venezuela. La conversación, programada para la tarde del martes a las 14:30 hora local (18:30 GMT), se centrará en las preocupaciones compartidas sobre la legitimidad de los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, que declaró la victoria de Nicolás Maduro el domingo pasado.
Estados Unidos ha expresado serias dudas sobre la credibilidad del resultado electoral, sugiriendo que no refleja la voluntad del pueblo venezolano. Washington ha llamado a las autoridades venezolanas a publicar las actas detalladas por distrito para respaldar el resultado.
Brasil, que ha estado presionando para obtener pruebas de las actas que certifiquen la victoria de Maduro, ha enviado a su asesor de asuntos internacionales y excanciller, Celso Amorim, para reunirse con Maduro y exigir acceso a las actas electorales. Además, Brasil está negociando con México y Colombia la publicación de un comunicado conjunto que exija a Venezuela la transparencia en el conteo de votos.
El CNE de Venezuela proclamó la victoria de Maduro con un 51,20 % de los votos frente al 44,20 % del opositor Edmundo González Urrutia, con un 80 % de los votos escrutados. Sin embargo, la falta de un escrutinio definitivo y desagregado ha generado desconfianza en la comunidad internacional y en varios países del continente, incluido Estados Unidos.
Los gobiernos de Brasil, México y Colombia, que históricamente han mantenido estrechos vínculos con Maduro, han emitido declaraciones negándose a reconocer los resultados hasta que Caracas tome medidas para garantizar la transparencia del proceso electoral. La declaración conjunta de estos países aliados se ve como una forma de aumentar la presión sobre el gobierno de Maduro, que hasta ahora ha ignorado las solicitudes de transparencia de la oposición venezolana y la comunidad internacional.