Las manifestaciones por una propuesta de reforma fiscal vinculada a la pandemia se han transformado en una protesta nacional por el aumento de la pobreza, el desempleo y la desigualdad
Por: Agencia
BOGOTÁ, Colombia — Entre las personas fallecidas se encuentran un alumno de noveno grado que salió a protestar con su hermano, un artista que recibió un disparo en la cabeza mientras estaba rodeado de cámaras, y un adolescente cuya madre llora con angustia y dolor, mientras dice: “¡Hijo, quiero estar contigo!”, en un video que se ha compartido miles de veces en línea.
Al menos 19 personas murieron y cientos más resultaron heridas durante los días de protestas en Colombia, en las que decenas de miles de personas salieron a las calles para manifestarse contra una reforma tributaria destinada a llenar un agujero fiscal relacionado con la pandemia.
El domingo, el presidente Iván Duque dijo que retiraba la propuesta actual y, en cambio, buscará un nuevo plan que surja a través del consenso. “La reforma no es un capricho”, dijo, “la reforma es una necesidad”.
El lunes, el ministro de Hacienda del país anunció su renuncia.
Luego de días de violentas manifestaciones, el presidente colombiano Iván Duque retiró una propuesta tributaria destinada a mejorar un déficit fiscal causado por la pandemia de coronavirus.
Pero esas decisiones han hecho poco para sofocar la ira pública, y las manifestaciones se han transformado en una gran protesta nacional por el aumento de la pobreza, el desempleo y la desigualdad provocados por la llegada del coronavirus el año pasado.
La propuesta fiscal buscaba elevar los aranceles sobre algunos bienes y servicios cotidianos, al tiempo que mantenía los subsidios en efectivo de la pandemia destinados a ayudar a las personas con dificultades.
Sin embargo, en última instancia, muchas personas en las calles dijeron que solo vieron los aumentos de impuestos, y un gobierno que sentían que ignoraba sus necesidades.
“Nos están llevando al hambre”, dijo Natalia Arévalo, de 29 años, una manifestante en Bogotá. Arévalo, que se dedica a la venta de ropa, dijo la semana pasada que el nuevo cierre impuesto para frenar la propagación del virus había reducido drásticamente sus ventas. “Ahora quieren quitar lo poco que tenemos”.
Algunas de las mayores manifestaciones se han realizado en Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia. El domingo, Nicolás Guerrero, un joven artista, estaba entre los cientos de personas reunidas en una zona norte de la ciudad. De repente, sonaron los disparos.
Un video granulado, transmitido en vivo y visto por muchos, muestra gritos y confusión.
Juan Gómez, un abogado de 27 años, estaba allí y vio cómo Guerrero se desangraba a sus pies.
“Fue horrible”, dijo Gómez. “Nunca había visto morir a alguien ante mis ojos”.
“No hay proporcionalidad”, dijo sobre la fuerza que se usa en la calle. “No tiene sentido”.
Gómez hablaba por teléfono, el lunes. Dijo que estaba tan molesto que planeaba regresar a las calles ese mismo día