Por: Agencia
Mientras limpiaban el establecimiento, dos trabajadores de McDonald’s se electrocutaron y la empresa impidió el acceso a los bomberos y a funcionarios municipales para investigar lo acontecido. Alexandra Porras Inga, de 18 años, y Carlos Campos Zapata, de 19, murieron en un establecimiento de Lima, Perú, donde los dos jóvenes -que eran pareja- trabajaban para poder pagar sus estudios. El abogado de uno de los fallecidos denunció que los administradores pidieron a otros trabajadores que modificaran su versión de lo ocurrido. Además, tras las denuncias públicas, la empresa Arcos Dorados Perú -que opera la franquicia en el país sudamericano- decidió el lunes cerrar todos sus establecimientos este martes y miércoles. “En relación a la terrible pérdida de nuestros colaboradores Carlos Campos y Alexandra Porras, queremos anunciar que hemos decretado dos días de duelo, por lo que todos nuestros establecimientos permanecerán cerrados en todo el país, sin afectar las condiciones remunerativas de nuestros colaboradores”, se informó en un comunicado. Por su parte, la abogada de la familia Porras, Elizabeth Carmona, asegura que cuando llegaron al establecimiento de comida rápida encontraron cables expuestos. También, informó -en un noticiero de televisión-, que un trabajador del mismo establecimiento denunció a los administradores por hacerlo trabajar en un ambiente inseguro y lo despidieron. No obstante, la empresa ha negado que los cables tuvieran alguna “relación con el hecho sucedido”: “lo que pasó es que quedaron expuestos debido a que fueron jalados por una persona ajena a la empresa, en los exteriores del local, luego de haber sucedido el accidente“. Horas después, la historia se dio a conocer en redes sociales y los internautas, incluyendo excolaboradores, han denunciado las situaciones de precariedad laboral que enfrentaron como trabajadores en franquicias de comida rápida en Lima. Por ello, la noche del lunes, en la plaza de armas de Arequipa, al sur de Perú, un grupo de ciudadanos protestó contra “la explotación laboral” frente a un restaurante de McDonald’s.