Intentos de Asesinato: Historia de Presidentes de EE.UU.

A lo largo de la historia, varios presidentes de Estados Unidos han sido objeto de intentos de asesinato.

Por: Staff / La Voz

A lo largo de la historia de Estados Unidos, varios presidentes han sido objeto de intentos de asesinato, cada uno dejando una marca indeleble en la memoria nacional y subrayando la importancia de la seguridad presidencial. Desde el siglo XIX hasta la actualidad, estos incidentes han demostrado la vulnerabilidad de los líderes más poderosos del mundo y han tenido un impacto significativo en la historia y la política del país.

Aquí te presentamos un recuento de algunos de los incidentes más destacados:

Andrew Jackson (1835) El primer intento de asesinato registrado contra un presidente ocurrió el 30 de enero de 1835, cuando Richard Lawrence intentó disparar a Andrew Jackson. Ambas pistolas de Lawrence fallaron, y Jackson logró defenderse con su bastón hasta que Lawrence fue detenido.

Abraham Lincoln (1865) Uno de los asesinatos presidenciales más notorios tuvo lugar el 14 de abril de 1865. Abraham Lincoln fue asesinado por John Wilkes Booth mientras asistía a una obra de teatro en el Ford's Theatre en Washington, D.C.

James A. Garfield (1881) El 2 de julio de 1881, Charles J. Guiteau disparó al presidente James A. Garfield en una estación de tren en Washington, D.C. Garfield sucumbió a sus heridas el 19 de septiembre de 1881, después de luchar por su vida durante semanas.

William McKinley (1901) El presidente McKinley fue disparado el 6 de septiembre de 1901 por Leon Czolgosz durante una exposición en Buffalo, Nueva York. McKinley murió ocho días después debido a una infección causada por las heridas.

Franklin D. Roosevelt (1933) Aunque no era presidente en ese momento, Franklin D. Roosevelt fue blanco de un intento de asesinato el 15 de febrero de 1933. Giuseppe Zangara disparó contra Roosevelt en Miami, Florida, pero falló. Sin embargo, el alcalde de Chicago, Anton Cermak, fue mortalmente herido en el ataque.

Harry S. Truman (1950) El 1 de noviembre de 1950, dos nacionalistas puertorriqueños, Oscar Collazo y Griselio Torresola, intentaron asesinar a Harry S. Truman en Blair House, donde estaba temporalmente residiendo. Los guardias de seguridad frustraron el intento, y Torresola fue abatido mientras Collazo fue capturado.

John F. Kennedy (1963) Uno de los asesinatos presidenciales más impactantes ocurrió el 22 de noviembre de 1963. John F. Kennedy fue asesinado por Lee Harvey Oswald mientras viajaba en una caravana en Dallas, Texas.

Gerald Ford (1975) El presidente Ford sobrevivió a dos intentos de asesinato en 1975. El 5 de septiembre, Lynette "Squeaky" Fromme, una seguidora de Charles Manson, intentó dispararle en Sacramento, California, pero fue detenida antes de lograrlo. El 22 de septiembre, Sara Jane Moore disparó contra Ford en San Francisco, pero falló.

Ronald Reagan (1981) El 30 de marzo de 1981, John Hinckley Jr. disparó contra Ronald Reagan fuera del Washington Hilton Hotel en Washington, D.C. Reagan fue herido en el pecho pero se recuperó después de una cirugía de emergencia. Varios otros, incluidos el secretario de prensa James Brady, también fueron heridos.

George H. W. Bush (1993) En abril de 1993, se reveló que el ex presidente George H. W. Bush había sido objetivo de un complot de asesinato por parte del servicio de inteligencia iraquí durante una visita a Kuwait. El plan fue frustrado y varios conspiradores fueron arrestados.

Estos incidentes subrayan los riesgos que enfrentan los presidentes de Estados Unidos y la importancia de la seguridad presidencial. Cada intento de asesinato ha tenido un impacto significativo en la historia y la política del país, resaltando la vulnerabilidad incluso de los líderes más poderosos.

Donald Trump (2024) El 13 de julio de 2024, durante un mitin en Pensilvania, el expresidente Donald Trump fue objetivo de un intento de asesinato. Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años, disparó contra Trump desde un tejado. Trump sufrió una herida en la oreja derecha. En el ataque, Corey Comperatore, un bombero de 50 años, murió al proteger a su familia de los disparos. Crooks fue abatido por el Servicio Secreto en el acto.

 En conclusión, los intentos de asesinato contra presidentes de Estados Unidos no solo revelan los riesgos inherentes al ejercicio del poder presidencial, sino también la resiliencia del país ante tales desafíos. Cada episodio ha fortalecido los protocolos de seguridad y ha reafirmado el compromiso con la protección de los líderes democráticamente electos. Estos eventos trágicos han dejado una huella indeleble en la historia estadounidense, recordándonos la importancia de mantener la vigilancia y la protección en todo momento.

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