Por: Vanguardia Agencia
Inglaterra. Una mujer de 21 años, identificada como Gemma Watts, se hizo pasar por un adolescente de 16 años para captar por Internet y luego agredir sexualmente a casi 50 niñas menores de 14 años. Los hechos ocurrieron en Inglaterra.
La mujer viajó por el país a distintas ciudades para conocer a las jovencitas, quienes creían que salían con un adolescente de su generación.
Recogía su cabello largo con un moño y lo cubría con una gorra. Usaba pantalones holgados y poleras anchas para no evidencias sus rasgos físicos femeninos. Watts tenía a sus víctimas convencidas que era “Jake Waton” de 16 años.
Watts, oriunda de Londres, intercambiaba imágenes íntimas y mensajes con sus víctimas, a través de Whatsapp o mensajes de texto. Y antes de reunirse con ellas, se comunicaban por teléfono.
La mujer era tan convincente con su aspecto falso, que incluso, con su apariencia de Jake, pasó bastante tiempo con algunos padres de sus víctimas, quienes tampoco notaron nada extraño en ella.
Hasta que, en 2018, Watts llamó la atención de la policía cuando un médico expresó su preocupación al saber que una niña tenía una relación con un joven mayor. Es cuando la detienen, y las víctimas se enteraron que salían con una mujer de 21 años.
La mujer se declaró culpable de siete cargos, en los que se incluye acoso sexual a menores de edad. Los delitos están relacionados con cuatro menores de edad, una de 14 años, y tres de 15.
La sentencia para Watts será decidida en los próximos días luego de una larga investigación policial.
La detective Constable Kenwright dijo: “Ha cambiado la vida de todas las víctimas involucradas. Creían que estaban en una relación con un joven adolescente, para descubrir que en realidad era una mujer”.
Además, señala que, para algunas de las menores, Watts había sido su primera relación sentimental, por lo que podría generar un trauma o desbalance emocional en ellas. En total, los investigadores identificaron a siete víctimas, algunas de las cuales decidieron no declarar.
“Este tipo de casos son increíblemente raros. Destaca los peligros de las redes sociales y lo fácil que es para los perpetradores establecer perfiles y acercarse a los jóvenes, hombres o mujeres y luego agredirlos”, concluye la detective.