Por: Agencia
A un menor de ocho años tuvieron que intervenirlo para extraerle los diminutos granos de arroz, que tenía incrustados en sus extremidades; la tortura fue impuesta por su padrastro, porque llegó tarde a casa. Sergey “N” también pateó al niño y lo jaló del cabello, durante las nueve horas que permaneció arrodillado.
La madre de la víctima, Alina “N”, admitió que secundo a su esposo en el castigo; el caso se dio a conocer cuando el menor, escapó y le pidió a una vecina que lo ayudara.
La mujer al ver las terribles heridas del pequeño, lo llevó a un centro médico local donde lo atendieron inmediatamente. Una de las enfermeras manifestó: “ya tenía supuración y daba miedo; su madre debería pedirle perdón por el resto de su vida, si quiere que se quede con ella”, señaló.
Las autoridades, se hicieron cargo del caso y arrestaron a los progenitores; se les imputan los delitos de tortura, daños a la salud del niño y falta de una educación adecuada.