Mark Carney asumió este viernes el cargo de primer ministro de Canadá, sucediendo a Justin Trudeau tras su renuncia formal.
Por: Staff / La Voz
Toronto.- Mark Carney asumió este viernes el cargo de primer ministro de Canadá, sucediendo a Justin Trudeau tras su renuncia formal. En su primer acto oficial, Carney cumplió una de sus promesas de campaña al eliminar el impuesto al carbono que gravaba a los consumidores, una medida que había generado descontento, especialmente en las zonas rurales del país.
La decisión de abolir el impuesto al carbono refleja la intención de Carney de distanciarse de las políticas de su predecesor y abordar las preocupaciones de diversos sectores de la sociedad canadiense. Además, se espera que en los próximos días convoque a elecciones anticipadas antes de la reanudación de las sesiones parlamentarias el 24 de marzo, buscando legitimar su mandato y obtener un respaldo sólido para su agenda gubernamental.
En el ámbito internacional, Carney enfrenta desafíos significativos, especialmente en relación con Estados Unidos. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha intensificado una guerra comercial que afecta a Canadá y ha insinuado la posibilidad de una anexión, declaraciones que han generado preocupación en Ottawa. En respuesta, Carney ha sido contundente al rechazar cualquier noción de anexión, calificándola de "locura" y reafirmando la soberanía e independencia de Canadá.
El nuevo primer ministro también ha conformado un gabinete más reducido en comparación con administraciones anteriores, enfatizando la eficiencia y la focalización en áreas clave. Entre las designaciones destacan François-Philippe Champagne como ministro de Finanzas, Chrystia Freeland en Transporte y Comercio Interno, y Dominic LeBlanc al frente de Comercio Internacional. Mélanie Joly continuará como ministra de Exteriores, mientras que Bill Blair seguirá desempeñándose como ministro de Defensa.
Uno de los temas prioritarios para el nuevo gobierno será la revisión del contrato de adquisición de aviones de combate F-35 de fabricación estadounidense. Carney ha solicitado al ministro de Defensa evaluar la necesidad real de las 88 unidades previamente acordadas, considerando posibles ajustes que se alineen con los intereses estratégicos y económicos de Canadá.
La administración de Carney se enfrenta a la tarea de navegar en un entorno internacional complejo, marcado por tensiones comerciales y desafíos diplomáticos. Su enfoque inicial sugiere una combinación de firmeza en la defensa de la soberanía canadiense y pragmatismo en la gestión de las relaciones bilaterales, especialmente con su vecino del sur.