Sindicalistas y colectivos como "Yo por las 40 Horas" exigen acelerar la reforma, argumentando que el 25 % de los trabajadores excede ya el límite legal y vive el desgaste físico y mental a diario.
Por: Azeneth García
En México, un creciente cuerpo de investigación revela que trabajar 48 horas o más por semana afecta negativamente la salud mental y física de los trabajadores. Según El Economista, jornadas extensas se traducen en agotamiento, estrés y bajo rendimiento, sin incrementos reales en productividad.
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo alertan que trabajar más de 55 horas a la semana eleva en un 35 % el riesgo de accidente cerebrovascular y un 17 % el de mortalidad cardíaca. A nivel global, México figura entre los países con más trabajadores por encima del límite: cerca del 29 % labora más de 50 horas semanales.
Además, estudios muestran que las largas jornadas promueven el síndrome de burnout, caracterizado por cansancio emocional, despersonalización y baja realización personal. La situación agrava el bienestar psicológico, fomenta ansiedad, depresión y deteriora la calidad del sueño .
Frente a esta realidad, el gobierno federal anunció una reforma para reducir gradualmente la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, con meta para completar en 2030, El plan incluye foros regionales y mesas de diálogo entre empleadores, sindicatos y autoridades.
Expertos destacan que una jornada laboral más corta puede mejorar la calidad de vida, potenciar la productividad, favorecer el equilibrio familiar y reducir riesgos cardiovasculares. Sin embargo, advierten sobre posibles costos para las empresas que deberán adaptarse vía contratación o reorganización.
Sindicalistas y colectivos como "Yo por las 40 Horas" exigen acelerar la reforma, argumentando que el 25 % de los trabajadores excede ya el límite legal y vive el desgaste físico y mental a diario. Señalan que las autoridades deben garantizar derechos laborales, descanso real y tiempo para la recreación.
En el entorno laboral mexicano, caracterizado por turnos prolongados, sedentarismo e hiperconexión, focalizados en entornos urbanos, se acumulan los factores que afectan el descanso y bienestar general. Implementar pausas activas y límites claros puede ayudar, pero sin la reducción efectiva de horas es difícil revertir el síndrome de agotamiento.
La propuesta hacia una semana laboral de 40 horas representa una oportunidad histórico-saludable, pero su éxito dependerá de un enfoque consensuado, gradual y equilibrado, que proteja la salud mental de los trabajadores sin descuidar la competitividad empresarial.