Expertos advierten sobre los daños permanentes en encías y dientes causados por el vapeo, destacando la importancia de cuidar la salud bucodental.
Por: Azeneth García
Un reciente estudio ha confirmado que el vapeo no solo afecta pulmones y corazón, sino que también puede causar daño irreversible en las encías, lo que preocupa a odontólogos y salud pública. La investigación advierte que la nicotina contenida en los vaporizadores reduce el flujo sanguíneo en los tejidos gingivales, debilitándolos y favoreciendo problemas como sangrado, inflamación crónica, recesión gingival y pérdida ósea.
A medida que las encías pierden soporte, se exponen las raíces dentales, aumentando la vulnerabilidad a infecciones y enfermedades periodontales como la gingivitis y la periodontitis, lo que puede derivar en la pérdida de piezas dentales. Además, los componentes químicos del líquido de vapeo y los saborizantes promueven la deshidratación de la boca y alteran el equilibrio bacteriano, provocando caries, xerosomía y aumento de bacterias patógenas .
Investigadores internacionales, incluidos expertos de la Federación Europea de Periodoncia (EFP), han encontrado índices de placa elevados, sondajes profundos, marcadores inflamatorios incrementados, así como dolor e irritación gingival. Estos efectos no solo son temporales: en muchos casos, el daño en encías y hueso de soporte es irreversible, requiriendo tratamientos complejos y costosos.
Estos hallazgos se suman a las preocupaciones globales sobre el vapeo. No solo se sabe que libera compuestos tóxicos como formaldehído y metales pesados —que afectan el corazón y pulmones—, sino que ahora se vincula directamente con enfermedades orales graves.
Para evitar estos riesgos, especialistas advierten que el vapeo no es una alternativa segura al tabaco. A diferencia del cigarrillo tradicional, los daños no se limitan al cerebro o los pulmones: en la boca, la pérdida de tejido y el retraimiento gingival pueden ser permanentes .
¿Qué hacer? Dentistas recomiendan:
Dejar de vapear lo antes posible, sustituyendo el hábito por estrategias guiadas médicamente.
Mantener estricta higiene oral: cepillado, hilo y enjuagues.
Realizar chequeos periódicos para detectar precozmente retracción, inflamación o sangrado.
Evitar líquidos de sabores y aditivos, especialmente en productos desechables populares entre jóvenes.
Organismos internacionales, incluidos OMS y ACLU, piden regulación más estricta y advertencias claras en productos electrónicos de nicotina, así como campañas enfocadas en la salud bucodental de adolescentes.