Acapulco… y los huracanes

Amables lectores, tengan ustedes un buen día.

El nombre de Acapulco tiene origen náhuatl. Una versión indica que su significado es “el lugar en donde destruyeron las cañas”, de ácatl (caña), pul (perder, destruir) y co (lugar) aunque otro posible origen pudiera ser “el lugar de las cañas grandes” en donde en lugar de pul sea pol (grande).

Poco tiempo después de lograda la conquista de Tenochtitlán, en diciembre de 1523 llegó un grupo de españoles al mando de Juan Rodríguez de Villafuerte y se establecieron en lo que ahora es el puerto acapulqueño. En 1528 por orden del rey Carlos I de España, la ciudad pasó a formar parte de la corona bajo el nombre de “Ciudad de los Reyes”. Para 1550 el primer virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza y Pacheco envió a veintinueve familias de la Ciudad de México para colonizar la nueva ciudad.

Desde fines del siglo XVI hasta ya iniciada la guerra de independencia, Acapulco se convertía una vez al año y durante casi dos meses en la capital comercial de la Nueva España. La población se triplicaba cuando llegaban los galeones de Filipinas cargados de novedades de origen oriental. A principios del siglo XVII la ciudad se fortificó ya que debido a su riqueza comercial se había convertido en blanco de ataques de piratas. El fuerte fue llamado “San Diego” en honor al virrey Diego Fernández de Córdoba. Casi para terminar el siglo XVIII, el 28 de noviembre de 1799 el rey Carlos IV de España le otorgó a Acapulco la Cédula Real y el título de ciudad.

Durante la guerra de independencia el puerto estuvo alternadamente bajo el poder de los insurgentes y de los realistas. La llegada de las naves provenientes de Filipinas fue desviada a San Blas. Cuando los realistas volvieron a tener el dominio de Acapulco el comercio de los galeones oficiales había disminuido en su frecuencia. De hecho desaparecieron. El último fue el “Magallanes” en 1815. Luego de la consumación de la independencia, Acapulco pasó a formar parte del Estado de México hasta que en 1849 se creó el Estado de Guerrero.

En 1949 se inauguró la Avenida Costera Miguel Alemán. A partir de entonces vino un importante impulso de la ciudad como atractivo turístico. Entre las décadas de los 50’s y los 70’s del siglo pasado el puerto de Acapulco se convirtió en uno de los lugares favoritos de la gente famosa para vacacionar. Cuando se celebraron los juegos olímpicos de la Ciudad de México en 1968, fue en Acapulco en donde se llevaron a cabo los eventos de vela.

En 1973 se inauguró el Centro Cultural de Convenciones y Exposiciones de Acapulco, un complejo de quince hectáreas que incluye edificios, salas, teatros, plazas, áreas verdes y estacionamientos que estaba destinado a proyectar mundialmente la imagen del puerto. Este lugar llegó a albergar eventos tales como el concurso de Miss Universo en julio de 1978. Por esas coincidencias que suceden, justo el día en el que este lugar cumplió cincuenta años de haber sido inaugurado el huracán “Otis” llegó a Acapulco causando considerables daños.

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Ahora bien. ¿Qué es un huracán? En meteorología, las tormentas tropicales se clasifican de acuerdo a su fuerza (y a la velocidad de sus vientos) en depresión tropical, tormenta tropical y huracán. Esta última denominación se aplica cuando la velocidad de sus vientos supera los 119 kilómetros por hora.

Según algunas fuentes, entre ellas “México a través de los siglos” los dioses de la tormenta de la región quiché (los actuales estados de Tabasco y Chiapas) “hurakán” significa “el más grande de los dioses”. La Real Academia Española explica que el origen es de los antiguos habitantes de la isla Española (lo que hoy son Haití y la República Dominicana) ya que el historiador Pedro Mártir de Anglería menciona que las tormentas eran referidas como “Huricán”, “Juricán” o “Huracán” que significa “viento concéntrico” (notable que los isleños conocieran la forma rotatoria de las tormentas tropicales).

El centro de los huracanes es un área de baja presión que atrae bandas de aire vecinas como si fuera un resumidero. Las tormentas tropicales del hemisferio norte giran en contra de las manecillas del reloj mientras que las del hemisferio sur lo hacen en el mismo sentido de las manecillas debido al llamado “efecto de Coriolis”.

Como el desarrollo de la meteorología es relativamente reciente fue en 1969 cuando el ingeniero Herbert Saffir y el director del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, Robert Simpson desarrollaron una escala de cinco magnitudes de huracanes para una clasificación similar a la de los movimientos telúricos.

El huracán que afectó a Acapulco creció de manera inusualmente rápida hasta el máximo de la escala Saffir-Simpson. Las imágenes de los daños han sido impactantes. Ahora esperemos a la recuperación.

Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.

Que tengan ustedes una excelente semana.