Por: Óscar Rodríguez
Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
El boxeo es sin duda la disciplina deportiva que más satisfacciones le ha dado al público mexicano.
En los juegos olímpicos, los boxeadores mexicanos han obtenido un total de 13 medallas (2 de oro, 3 de plata y 8 de bronce). En los juegos olímpicos de 1932, en Los Ángeles el competidor Francisco Cabañas se convirtió en el primer medallista olímpico mexicano en boxeo al obtener la medalla de plata en la categoría de peso mosca. En Berlín 1936, Fidel Ortiz obtuvo la medalla de bronce en la categoría de peso gallo. Fue hasta 1964 cuando se logró otra presea, esta vez el ganador fue Juan Fabila quien obtuvo bronce en la categoría de peso gallo.
Cuando México fue el país anfitrión en los juegos de 1968 la cosecha de medallas fue más abundante en general y la disciplina con la mayor aportación fue asimismo el boxeo. Ricardo Delgado y Antonio Roldán obtuvieron sendas medallas de oro en los pesos mosca y pluma respectivamente. Joaquín Rocha y Agustín Zaragoza obtuvieron medalla de bronce en peso completo y peso gallo respectivamente.
Durante las competencias de Munich 1972 la única medalla ganada por la delegación mexicana fue en boxeo. En la categoría de peso gallo Alfonso Zamora consiguió la medalla de plata. En Montreal 1976 Juan Paredes obtuvo medalla de bronce en la categoría de peso pluma.
En los años 80’s del siglo pasado la cosecha de medallas olímpicas se conformó de plata en Los Ángeles 1984 ganada por Héctor López en la categoría de peso gallo y bronce en Seúl 1988 en peso mosca conseguida por Mario González. Sería hasta los juegos de Sídney 2000 cuando Christian Bejarano obtendría bronce en peso ligero y finalmente en los juegos de Río de Janeiro 2016 Misael Rodríguez consiguió el bronce en la categoría de 75 kilogramos.
En la rama profesional, los logros obviamente han sido mucho más numerosos (ya que la competencia es continua y no cada cuatro años como en las olimpiadas). Hace algunas décadas existían dos organismos internacionales que reconocían a los campeones mundiales: el Consejo Mundial de Boxeo (CMB o WBC en inglés) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB o WBA en inglés). Posteriormente fueron apareciendo la Federación Internacional de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo, con lo que el número de campeones reconocidos y deportistas clasificados entre los mejores del mundo se multiplicó.
En alguna entrevista que tuve la oportunidad de leer hace tiempo, Alfonso Zamora refiere que al regresar de los juegos de Munich 1972 acudió a ver al presidente de México de aquel entonces, Luis Echeverría a quien ofreció como regalo la medalla obtenida. Narra el ex campeón que el entonces presidente tomó la presea, la observó y se la devolvió al boxeador comentándole que él era quien debería conservarla. Pocos días después un automóvil deportivo último modelo fue llevado hasta el domicilio del boxeador. Tiempo después, el carro terminó deshecho en un accidente del cual afortunadamente Zamora salió ileso.
Alfonso Zamora inició una brillante carrera profesional en la que eslabonó una impresionante cantidad de triunfos por la vía del “knock out” y por esas cosas raras de la vida, por esas mismas fechas había otro boxeador mexicano en el mismo peso gallo con un récord en el que también abundaban los triunfos por la vía corta: Carlos Zárate.
Se fue cocinando la llamada “pelea de las Z’s” y el resultado fue favorable para Zárate. Por cierto, al terminar el combate, el padre de Zamora agredió sobre el ring al mánager de Zárate y quien en algún tiempo lo había sido también de Zamora: Arturo “el cuyo” Hernández.
Algunos años después, Zárate intentó conquistar el título de peso súpergallo que ostentaba el puertorriqueño Wilfredo Gómez pero unos días antes de la pelea enfermó y cuando se realizó el combate lucía notablemente desmejorado. Y lo peor. Durante la contienda, Gómez derribó a Zárate y lo golpeó cuando ya estaba caído. Hay malos perdedores y también malos ganadores. Gómez podría clasificarse entre estos últimos. Una amplia mayoría de la afición mexicana deseaba ver derrotado a Gómez algún día.
Fue hasta el 21 de agosto de 1981, hace exactamente 41 años cuando Salvador “Sal” Sánchez enfrentó a Gómez y le propinó una inolvidable paliza. Las facilidades disponibles en la actualidad en los temas de comunicaciones y computación nos permiten revivir aquellos momentos.
Desafortunadamente, el día 12 del siguiente agosto Sal Sánchez perdería la vida trágicamente en un accidente automovilístico. No tuvo la misma suerte que Zamora.
Al momento de su muerte, Sánchez tenía un registro de 44 victorias (32 por KO, es decir un 72.7% de sus triunfos fueron por la vía rápida), 1 derrota y 1 empate.
Y esto me lleva a una pregunta: ¿quién ha sido el boxeador mexicano con el mejor porcentaje de victorias por knock out?
Saúl Álvarez acumula 39 de sus 57 triunfos por KO (68.4%). Julio César Chávez tuvo 87 de sus 107 victorias por KO (81.3%). Rubén Olivares consiguió 78 de sus 89 triunfos por KO (87.6%). Carlos Zárate logró 63 de sus 66 victorias por KO (95.4%). Alfonso Zamora obtuvo 32 de sus 33 triunfos por KO (96.9%).
Pero el mejor porcentaje es inmejorable. Jorge Kahwagi obtuvo 12 knock outs en 12 combates (100%). Y según parece, ninguna de las peleas llegó al tercer round. Sorprendente.
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.