Por: Óscar Rodríguez
El nuevo telescopio espacial
Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
A fines del año pasado se realizó el lanzamiento del telescopio espacial James Webb, llamado también por sus siglas en inglés: JWST. Este aparato tuvo un costo aproximado a los 10 mil millones de dólares y tiene una vida útil estimada de entre cinco y diez años.
Cuando veo este tipo de cifras de dinero batallo para hacerme una idea de la cantidad a la que se refieren, por lo que recurro a un método alternativo de visualización. Si esta cantidad de dólares la convertimos a pesos (a una paridad bastante cómoda que sea de $20 a 1) entonces son doscientos mil millones de unidades de nuestra moneda.
Para alcanzar esta cantidad se requieren 4 mil millones de billetes de cincuenta pesos. Si la parte larga de los nuevos billetes de $50 mide (de acuerdo a wikipedia) 127 milímetros, esto significa que para pagar el costo del JWST se requiere un grupo de billetes de cincuenta pesos unidos por la cara angosta que alcanza una longitud de 508 mil kilómetros (que son 12.7 veces la circunferencia terrestre). Visto de otra manera. Esta cantidad de billetes podría cubrir una superficie cuadrada de 5.8 kilómetros por lado (unos 33.5 kilómetros cuadrados). Como referencia, la distancia en línea recta entre los centros de las plazas principales de Monclova y Frontera es de 4.1 kilómetros (según Google Earth).
Volviendo al telescopio. El JWST está equipado con instrumentos especiales que servirán para estudiar las fases iniciales de la formación de las estrellas y las galaxias.
Paréntesis. Cuando una fuente de sonido se aproxima al oyente, el tono se eleva un poco debido a que la frecuencia se incrementa ya que las ondas parecen juntarse. Cuando esa fuente se aleja del oyente sucede exactamente lo opuesto: la frecuencia baja y el tono del sonido se vuelve más grave. Esto es el efecto Doppler (llamado así en honor a su descubridor, el matemático austríaco Christian Doppler).
Con la luz, sucede algo similar que con el sonido. Hay un desplazamiento de los tonos de la luz hacia el violeta cuando una estrella o una galaxia se aproxima y un traslado hacia el color rojo cuando la fuente de luz se aleja. La luz violeta tiene una frecuencia mayor, por lo que su longitud de onda (que es el inverso de la frecuencia) es menor. Esto se aprovechó para poder almacenar una mayor cantidad de información en los dispositivos de discos compactos.
El rayo violeta es más delgado, por lo que puede acceder a una mayor cantidad de información grabada en el disco, aunque para fines de mercadotecnia se le llama “rayo azul” (“blu-ray” en vez de “blue-ray”). Cierro paréntesis.
Entonces de acuerdo a la velocidad de aproximación o de alejamiento de una estrella o galaxia, parte de la luz se puede llegar a salir del rango visible por cualquiera de los dos extremos: por frecuencias por arriba del violeta (rayos ultravioleta) o por frecuencias por debajo del rojo (rayos infrarrojos).
Los rayos infrarrojos pueden atravesar regiones de polvo que afectan la luz visible, por lo que el JWST dispone de diversos sensores creados especialmente para observar la parte infrarroja del espectro de luz.
El espejo primario del JWST mide un poco más de 6 metros de diámetro (contra los 2.4 metros del Hubble, su antecesor) y está formado por 18 segmentos hexagonales de berilio recubiertos de oro.
En la construcción del JWST participaron personal y agencias de veinte países (18 de Europa, Canadá y los Estados Unidos) y fue nombrado así en honor a James Webb quien fuera administrador de la NASA durante los años de 1961 a 1968.
Ahora bien, la ubicación. El JWST está ubicado cerca del segundo punto de Lagrange.
Los 5 puntos de Lagrange son las posiciones en las que un objeto pequeño puede estar estacionario respecto a dos objetos más grandes. Son los lugares en los que la atracción gravitatoria de las dos masas grandes proporcionan la fuerza centrípeta necesaria para rotar en sincronía con la menor de ellas. Reciben su nombre en honor del matemático Joseph-Louis Lagrange quien realizó este descubrimiento en 1772.
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.