Madame Jeanne Louise Calment
Por: Oscar Rodriguez
Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
En mi cada vez más lejana niñez, cuando tuve la oportunidad de estudiar la escuela primaria se nos pedía participar en una biblioteca circulante. Cada alumno aportábamos un libro y cada semana los intercambiábamos. Era una manera bastante eficiente de fomentar el hábito de la lectura. Había de todo: desde ejemplares de los llamados “Pequeños Libros de Oro” hasta la colección “Clásicos de Oro” de la desaparecida Editorial Novaro.
Pero al llegar a sexto grado uno de los compañeros llevó algo muy diferente: el Libro Guinness de los Récords Mundiales. Cierto que en la actualidad este es un producto muy conocido pero hace poco más de medio siglo no lo era tanto. Resultaba una lectura completamente interesante, sobre todo para un alumno de doce años. Lleno de información asombrosa en cada página. Aunque hubo un dato que yo esperaba más alto: la edad de la persona más longeva.
Y es que en las pláticas infantiles de aquellos tiempos no faltaba quien afirmara que el bisabuelo de un amigo había vivido hasta los 125 años. Y eso era todavía bastante menor que lo que se mencionaba en el antiguo testamento respecto a las edades de los patriarcas que vivieron antes del diluvio. Allí se menciona que Matusalem alcanzó la edad de 969 años. De modo que cuando leí en el libro mencionado párrafos arriba que la persona con la mayor longevidad documentada no había llegado ni siquiera a los 115 años me pareció un tanto bajo. Pero eso fue en los años 70’s del siglo pasado.
Ahora aparece la señora Jeanne Louise Calment. Nacida en Arlés, Francia el 21 de febrero de 1875 y fallecida en la misma ciudad el 4 de agosto de 1997. En otras palabras, alcanzó la edad de 122 años y 164 días. Nada más para apreciarlo mejor hice una comparación con mi propia edad. Como nací el 23 de octubre de 1962, al día de hoy domingo 14 de enero de 2024 tengo 61 años y 83 días. Es decir, ayer sábado cumplí exactamente la mitad de la edad que alcanzó esta dama.
En algún sitio de la red tuve la oportunidad de leer que el valor esperado de longevidad humana es aproximadamente de un caso de una persona mayor a los 115 años por cada 2,100 millones de habitantes. Se citaba además que el mayor grupo de personas con un árbol genealógico confiable es la nobleza británica, quienes al cabo de diez siglos han registrado casos de centenarios a razón de uno cada dos siglos.
Ahora bien. La señora Calment tuvo una vida acomodada y vivió sin gran estrés. Según su biografía practicó esgrima hasta los 85 años, montó en bicicleta hasta los 100 y caminó sin necesidad de bastón hasta los 114. Dejó de fumar a los 117 años. Sin embargo a los 121 ya estaba casi totalmente ciega y sorda. Tras su cumpleaños 122 su salud empeoró.
La señora Calment se había casado a los 21 años con su primo segundo Fernand Nicolás Calment (los abuelos paternos de ambos habían sido hermanos). Dado que su marido disfrutaba de una posición económica acomodada, la señora pudo llevar una vida tranquila y con tiempo disponible para cultivar sus diversas aficiones: tenis, ciclismo, natación, patinaje, música.
La única hija de este matrimonio nació en 1898 y se llamó Yvonne Marie, quien a su vez solamente tuvo un hijo: Frédéric, nacido en 1926. La señora Calment enviudó en 1942. Yvonne Marie había fallecido a causa de neumonía a los 36 años, en 1934. Frédéric quedó al cuidado de la abuela, se convirtió en médico y perdió la vida en un accidente automovilístico en 1963 cuando contaba con 36 años.
En 1965, a los 90 años y sin herederos, Madame Calment firmó un acuerdo de venta de su departamento con reserva de usufructo vitalicio (hipoteca inversa) con el notario André-Francois Raffray quien accedió a pagar mensualmente 2,500 francos hasta que Calment falleciera y entonces se convertiría en dueño de la propiedad. Raffray murió de cáncer en 1995 y su viuda continuó con el pago de la mensualidad hasta el deceso de la señora Calment en 1997.
Debido a que la edad de Madame Calment supera por tres años al segundo lugar de longevidad documentada surgió la teoría de que en realidad había fallecido en 1934 y que su hija Yvonne había asumido el nombre de su madre. Luego de evaluar las respuestas que la dama había dado a diversos cuestionamientos, varios investigadores llegaron a la conclusión de que no había ocurrido tal sustitución.
Se dice que la señora Calment atribuía su longevidad al aceite de oliva que vertía sobre todos sus alimentos y con el cual se frotaba la piel. Además tenía una dieta que incluía vino de Oporto y un kilogramo de chocolate por semana.
Algunas frases de la señora Calment.
“La juventud es un estado del alma, no del cuerpo, por eso yo sigo siendo una chica. Sencillamente no he lucido tan bien los últimos 70 años.”
“Sonreír siempre. Creo que esa es la razón de mi longevidad.”
“Si no puedes hacer nada con respecto a algo, no te preocupes por eso.”
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.