El adiós de Ozzy y Black Sabbath

El adiós de Ozzy y Black Sabbath

Por: Marcos Durán Flores

Terminó dónde y cómo empezó: el sonido de la lluvia y el repique de campanas, cuatro chicos de Birmingham, Inglaterra juntos para hacer historia. Back To The Beginning no fue solo la despedida de los miembros originales de Black Sabbath, sino también uno de los conciertos de metal más grandes e importantes de todos los tiempos.

El ambiente en el estadio era fantástico. Estuvo abarrotado todo el día, con fans deseosos de ver todo lo que se ofrecía, y bandas que se sentían honradas de rendir homenaje al héroe original del heavy metal. Fuimos recompensados con sets impactantes, impactantes, inusualmente cortos y directos de monstruos del metal como Pantera, Slayer y Tool, gigantes del rock como Guns 'N Roses y un Metallica brutalmente brillante, con todos añadiendo versiones de Black Sabbath a sus sets y con  Aerosmith y Ronnie Wood de los Rolling Stones y Steve Tyler arrasando con Whole Lotta Love de Led Zeppelin, con Chad Smith a la batería y Tom Morello a la guitarra.

Luego tocó el turno a Ozzy Osbourne, cuando hizo su última salida del escenario. el Príncipe de las Tinieblas del rock fue grandilocuente, dramático, sentimental, alegre y un poco trágico. Estuvo presente en cuerpo y alma, pero apenas con voz, mientras un estadio lleno de devotos fans del heavy metal cantaba y rugía a su héroe.

Pero Ozzy no es de los que se retiran sin hacer ruido, así que le dio una última oportunidad, y el resultado fue un triunfo rotundo. A sus 76 años, debilitado por la enfermedad de Parkinson, Ozzy despidio de forma espectacular una carrera frenética. Su esposa, Sharon, supervisó una celebración repleta de estrellas en el estadio de fútbol del Aston Villa en Birmingham, cerca de donde creció y donde formó la mejor banda de heavy metal de la historia: Black Sabbath.

45.000 personas estaban en plena celebración, disfrutando de música fantástica durante todo el día, pero todo apuntaba a que Ozzy y Black Sabbath serían su último bastión. Abundaban los rumores sobre si lograría mantenerse en pie o, aún más importante, si siquiera cantar.

Apareció en la última hora, sentado en un sillón negro adornado como un trono infernal, con un murciélago en la parte superior De negro, con el pelo largo teñido y ojos pintados con kohl, Osbourne parecía un mago sabio de una fantasía oscura, invocando fuerzas demoníacas para lanzar un hechizo final.

Su fragilidad era imposible de disimular; le temblaban los labios y sus brazos eran débiles. Su canto, en general, era soso, pero la calidad de los músicos a su alrededor y la energía del público lo impulsaron.

Ozzy parecía el loco Rey Lear del heavy metal, enfurecido ante su inevitable final. Interpretó cinco canciones con su banda solista y cuatro con la formación original de Black Sabbath, reunida por primera vez en 20 años; una banda que realmente puede afirmar haber marcado la historia de la música, reunida de nuevo para una última actuación, y vaya que la aprovecharon al máximo.

La combinación del bajo ágil y potente de Geezer Butler y la guitarra distorsionada y deformada de Tony Iommi sigue siendo fenomenal. El baterista de regreso, Bill Ward, lo integró todo con su estilo atronador y complejo, y logró parecer aún más intimidante como un hombre calvo, arrugado y flácido de 77 años.

La banda en completo tocó War Pigs, N.I.B., Iron Man y Paranoid, sus himnos más importantes, y la banda se volvió más dura y pesada a medida que su líder se volvía más plano y débil. Fue la alineación legendaria, la original.

Mis emociones estaban contenidas hasta que Ozzy empezó a cantar "Mama, I'm Coming Home" algo que me impresionó. Fue sumamente conmovedor, confirmar lo importante que este hombre y la banda han sido para el heavy metal.

Esa misa noche del sábado pasado, comentaba como mis amigos y hermanos de vida Luis González Zozaya, Gerardo González Zozaya, Fernando González López y Hugo Arguelles, qué el rock nunca estuvo destinado a envejecer, pero claro que lo ha hecho, y aquí estamos rockeando luego de una amistad que nos sigue uniendo después de 40 años.

Resumimos que es cierto, el final de Ozzy y Black Sabbath fue triste y fue glorioso y que De verdad, no volveremos algo así. Así pues, gracias, Ozzy, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Wardy a Black Sabbath. ¡Larga vida al Rock 'N' Roll!

@marcosduranfl

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