Bendecido día del padre

Bendecido día del padre

Por: El Eventual

Hoy por ser u día especial solo vamos a reflexionar con esta bonita narrativa que con nosotros comparte el fiscalista Cesar Villarreal Ramos,  y en realidad ojalá y llegue a los corazones de todos los hijos que en ocasiones se olvidan del padre, y ya después muerto es cuando se dan cuenta del error, felicidades a todos los padres, bendiciones.

Una tarde, un padre llegó sin previo aviso a la casa de su hijo. Tocó la puerta, como lo había hecho miles de veces antes, pero esta vez con una bolsita en la mano. Adentro, había unas empanadas aún tibias, de esas que solía hacerle a su hijo cuando era niño.

Hola, hijo, dijo con una sonrisa suave.  Hola, papá... pasa, respondió el hijo, mientras sostenía el teléfono en la oreja y tecleaba con rapidez en su laptop.  El padre entró, miró la sala ordenada, los papeles sobre la mesa, la taza medio vacía de café. Se sentó con cuidado, sin molestar.

El hijo seguía hablando, apurado, estresado.  Sí, claro, mándame eso antes de las cinco. No, todavía no termino el informe. Tengo tres reuniones más... sí, ya sé...  Pasaron diez, quince, veinte minutos.  El padre seguía ahí, en silencio, mirando por la ventana. Cuando por fin colgó, el hijo dijo: Perdón, papá. Estoy hasta el cuello de cosas. ¿Te pasó algo?.

El padre negó con la cabeza. No, nada grave. Solo... pensé que podíamos almorzar juntos. Como antes. Hoy imposible. En serio, tengo muchísimo por hacer  dijo el hijo, mientras miraba su agenda, hubo un silencio. Largo. Tranquilo. Duro. Entonces el padre miró a su hijo y, con voz serena, dijo:  ¿Sabes qué es lo más duro del tiempo?

Que no hace ruido cuando se va.  El hijo lo miró en silencio. Yo también tuve días como los tuyos.  Mil pendientes, estrés, llamadas, trabajo. Yo también vivía como tú. Siempre apurado. Siempre diciendo "después".  Decía que lo hacía por ustedes. Y sí... les di una casa bonita, comida en la mesa, ropa limpia. Pero... Hizo una pausa.

No estuve cuando aprendiste a andar en bicicleta. Tu madre me lo contó. No estuve la primera vez que fuiste al teatro del colegio. Tampoco el día que te enfermaste y pedías por mí.

El hijo bajó la mirada. Se quedó quieto.  Tu madre me esperaba con la cena caliente... y yo llegaba cuando ya la había guardado.

Tú me decías "¿jugamos un ratito?" y yo respondía "mañana, hijo, hoy no puedo".

Mañana... mañana... mañana. Volvió a hacer silencio. Pero esta vez, con los ojos húmedos.

Y un día... la mesa ya no estuvo puesta. Tu madre ya no cocinaba. Tú ya no jugabas. Y yo me di cuenta de que había trabajado toda la vida...  para darles una vida que me perdí.

El hijo apretó los labios. Sentía ese nudo en la garganta que uno no sabe si tragar o dejar salir.

No vengo a quitarte el tiempo...  Solo a recordarte que no se puede vivir aplazando lo importante.  Porque llega un momento... en que lo importante ya no está. Y con una sonrisa suave, añadió:  Hoy, hijo, tú eres yo. Solo espero que no termines olvidando lo mismo que yo olvidé.

Entonces el padre se acercó, puso la bolsa sobre la mesa y dijo: Aquí te dejo las empanadas. Aún están tibias.  Si puedes... caliéntalas después. Pero si tienes un rato, hijo, me encantaría comerlas contigo. Como antes. El hijo cerró la laptop. Miró a su padre. Y no bajó la mirada.

La sostuvo... como quien intenta detener el tiempo, aunque sea un segundo más. Quédate, papá dijo con la voz entrecortada. Hoy... sí quiero almorzar contigo.

A veces creemos que dar tiempo es perderlo. Hasta que nos damos cuenta de que lo más valioso que podemos regalarle a alguien es nuestra presencia. El trabajo puede esperar. Un almuerzo con papá... no siempre.

Haz espacio hoy. Porque el tiempo no espera. Ni avisa cuando será la última vez. Visita a tu padre ten tiempo para el recuerda que el hizo todo por ser quien eres, un padre es invisible pero porque siempre está a tu lado, si tienes la  fortuna de tener a tu padre, disfrútalo,  platica con él

dale cariño y sobre todo mucho amor.

Bendecido día a todos los padres

Y un abrazo hasta el cielo a mi padre Severo

Nos leemos mañana..

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