Termina septiembre hay esperanza en octubre
Por: El Eventual
Para un grueso número de trabajadores de AHMSA a partir de mañana primero de octubre nace la esperanza de que con el cambio de régimen por fin se pueda encontrar solución al problema de AHMSA y empiece a llegar las primeras señales positivas por parte de la nueva presidenta de México.
Y es que para nadie es desconocido que la paralización de la siderúrgica fue por venganza presidencial, había manera de arreglar los adeudos como se manejó en el caso de Pemex, pero no, el plan era destruir la empresa sin tomar en cuenta el daño que se ocasionó a miles de familias.
Cuestión de analizar el fondo del asunto y entender que no había voluntad por reparar el daño en fin eso queda dentro de la vida de López Obrador, entender que no solo afectó al licenciado Ancira, en ese loco camino también se llevaron entre los pies miles de familias que hoy viven tiempos pesados.
Ojala y se haga realidad lo que muchos han dicho que se reactiva cuando menos una parte de la siderúrgica y poco a poco recuperar los empleos, y también hay que ser conscientes los salarios no serán los mismos, porque si no hay producción por supuesto que tampoco habrá bono, tiempo al tiempo.
Y hoy como todos los lunes el fiscalista Cesar Villareal Ramos, comparte esta bonita reflexión, a modo de fabula nos deja la lección de la importancia de nunca hacer el mal, sobre todo conservar a los amigos y dejar de ir por el mundo hablando mal de las personas, adelante con la lectura.
Había una vez un gallo, un gato y un perro que, con gran entusiasmo, le pidieron a un burro que les contara una historia. Este burro, conocido por sus fascinantes anécdotas, accedió gustosamente y comenzó a narrar su relato. En un vasto lago, vivían dos castores que eran muy amigos y siempre compartían los trozos de madera que recolectaban.
Con el tiempo, ambos decidieron iniciar sus propios negocios de madera, y al principio, ambos prosperaron. La amistad entre los dos castores se mantenía firme, apoyándose mutuamente. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, uno de los castores comenzó a superar al otro en su negocio.
El otro castor comenzó a sentir una gran envidia por el éxito comercial de su amigo, y de repente, la situación se tornó muy extraña. Con el paso del tiempo, empezó a difundir mentiras sobre el otro castor con el fin de perjudicar su negocio y evitar que le compraran la madera. Así, cada día se convertía en un conflicto. Los celos estaban consumiendo al castor envidioso, quien no podía soportar el crecimiento del negocio de su amigo. Día tras día, buscaba información falsa para desacreditarlo. La amistad entre ellos se había desvanecido por completo.
Un día, el castor que había prosperado en su negocio se sintió agotado del abuso y las calumnias de su supuesto amigo, por lo que decidió alejarse considerablemente. Allí estableció su empresa de madera, la cual continuó prosperando. En cambio, el otro castor, debido a su malicia, vio cómo su negocio fracasaba y tuvo que cerrarlo.
Quedando en la ruina total. Su maldad le impidió avanzar, y no le quedó más remedio que deambular sin rumbo, ya que carecía de medios para subsistir. Así concluyó la gran amistad entre estos dos castores, dejando como lección que muchos desean verte bien, pero nunca mejor que ellos.
"Gracias, gracias, gracias", exclamaron el gato, el perro y el gallo, agradeciendo la historia del burro y la valiosa lección aprendida. Estimados lectores espero que la lectura los haga reflexionar recordar que la maldad tarde o temprano se paga y sobre todo pega en lo que uno más quiere, así que adelante como personas.
Bonita reflexión, verdad?
Dios los Bendiga
Nos leemos mañana..