La esposa del científico entró sin anunciarse en el laboratorio de su marido y ¡oh, sorpresa! lo encontró in fajanti con su linda y joven asistente. “¡Qué es esto, bribón, canalla, infame!” -le reclamó al follador hecha una furia. “Pero, mujer -respondió éste fingiendo extrañeza-.
¿Ya se te olvidó que te dije que estoy tratando de producir la vida en condiciones de laboratorio?”... Don Algón, ejecutivo de empresa, salió de su despacho. Todo el personal se le quedó viendo con espanto: traía el cuello largo, largo, largo, como de jirafa, cinco o seis veces más grande del tamaño normal. “¿Qué le pasó, jefe?” -le preguntó asustada su secretaria. Contestó don Algón: “Usted tiene en parte la culpa de esto, señorita Rosibel.
Me tomé la pastillita azul que usted ya sabe, y se me atoró en la garganta”. Comentó un tipo: “Vivo en un conjunto de casas de interés social. Las paredes son tan delgadas que la otra noche le pedí sexo a mi esposa y obtuve cuatro negativas diferentes”... Sor Bette, la directora del colegio de monjas, amonestó, vehemente, a las jóvenes alumnas: “¡No cambien una hora de placer por una eternidad de castigo!”.
Una de las chicas se inclinó hacia su compañera y le dijo al oído: “A partir de ahora le voy a parar cuando mi novio y yo lleguemos a los 55 minutos”... Un tipo fue llevado ante el juez acusado de ser polígamo: tenía cuatro esposas, cada una en uno de los cuatro barrios en que se dividía el pueblo: Analco, San Matías, el Mezquite y la Soledad. El juez de lo familiar lo reprendió: “¿Cómo puede usted hacer esto?”. Explicó el tipo: “Tengo una moto”.
Cierto señor se sorprendió al saber que un amigo suyo, hombre muy serio y muy conservador, se había hecho nudista. Le preguntó: “¿Por qué se te ocurrió esa idea?”. “Mira -respondió el señor-. Mi mujer lleva los pantalones en la casa. Mi hijo se pone mis corbatas. La Oficina de Impuestos me quitó hasta la camisa.
Y mi primera esposa me dejó sin calzones después del divorcio. ¿Qué me quedaba sino hacerme nudista?”... ¿En qué se parecen los trenecitos eléctricos de juguete al busto femenino? Los dos fueron pensados originalmente para los niños, pero los papás se divierten más con ellos.
Cuando se trata de recordar nombres orientales me desoriento mucho. Por eso no recuerdo el del dignatario -entiendo que chino- que dijo que no importa de qué color sea el gato con tal de que cace ratones. Esa pragmática actitud puede aplicarse a la polémica suscitada por el nombramiento que hizo López Obrador -López Obrador hace todo- de un General del Ejército para dirigir la Guardia Nacional.
Nada autoriza a pensar que un militar, por el solo hecho de serlo, incurrirá en violaciones a los derechos humanos, como tampoco el hecho de que sea un civil quien dirija ese nuevo cuerpo de seguridad garantiza que en él no se cometerán abusos. Esperemos a ver el comportamiento de la Guardia y los resultados que rinda.
Sólo entonces podremos determinar si AMLO anduvo equivocado o no. El señor que había ido a la reunión semanal de su fraternidad secreta regresó a su casa muy temprano. “¿Qué sucedió, Clorilio? - le preguntó su esposa-. ¿Por qué vienes tan pronto?”.
“Se suspendió la junta” -dijo el tipo. Inquirió la señora: “¿Por qué?”. Explicó él: “Es que a nuestro Alto y ElevadoPresidente, el Supremo, Exaltado y Glorioso Monarca Dominador Absoluto del Máximo Poder, no lo dejó salir su esposa”... La lección trataba de los tiempos verbales.
La maestra les pidió a los niños: “Díganme en qué tiempo está el verbo en la siguiente frase: ‘Esto no debió haber sucedido’”. Respondió sin vacilar Pepito: “¡En preservativo imperfecto!”.
FIN