LABERINTO

Por: Agencia

POR: MANUEL DURÁN FLORES

LOS 3 SOBRES

Cuentan que hubo dos alcaldes uno que llegaba al poder luego de una campaña exitosa y una votación extraordinaria que lo mantenía en los cuernos de la luna y se prestaba a tomar el poder de su pueblo.

Mientras tanto el presidente saliente lo hacía por la puerta de atrás, señalado, saboteado, acusado y denostado por su propios “amigos” abandonado por sus ex colaboradores y con pleitos familiares, en pleno proceso de divorcio, sus hijos no le dirigían la palabra pues durante su gestión disfrutó de los halagos, del besa manos de las mentiras y la soberbia subió a su cabeza y se olvidó de todo y de todos, faltó a su palabra y promesas y al final quedó solo.

Fue pues el día que tenía que llegar el protocolo junto a ambos personajes para la entrega recepción y aunque del mismo partido político la dos estaban ya distanciados por razones obvias.

El día del evento llegó el presidente entrante 15 minutos antes, estaba aún con la euforia del triunfo, tenía prisa, ya quería gobernar.

Lo hizo su arribo con un séquito de personas que estaban atentas a su mirada, las fotografías al igual que los halagos, abrazos y besos a la orden, prontas y cargadas de zalamería.

El saliente llegó como se fue por la puerta de atrás, solo y gris, sombrío, sin que nadie le dirigiera un saludo menos la palabra.

Justo al finalizar y en un abrazo de despedida el ya ex presidente le dice al oído a su relevo: “deje para ti 3 sobres rotulados y enumerados están en el tercer cajón del escritorio principal del despacho privado”.

El presidente entrante le pregunta “¿y para qué?”el ex alcalde le responde en tono tranquilo: “cuando tengas un problema grave, en ese que sientas que no hay solución y nadie puede salvarte, abre el sobre número 1 y así cada que tengas asuntos graves repite la historia.

Entre los gritos y vítores a su persona el alcalde entrante le dice en tono soberbio “jamás tendrá problemas la gente me quiere y daría todo por mi, me aman “

A casi un año de ese suceso el alcalde tenía problemas, no había liquidez, sus compromisos eran más grandes que sus soluciones y las promesas estaban quedando pendientes, la población empezó a murmurar, a exigir , a demandar y protestar.

Los medios de comunicación iniciaron una campaña en su contra, la población se reunía y conspiraba y el ambiente era ya poco amable.

Su equipo de trabajo no tenía capacidad para revertir los problemas pues había elegido amigos y compadres de colaboradores y no profesionales del servicio público pero no podía despedirlos eran compromisos que no podía eludir.

Una noche justo en medio de una crisis social le vino a la mente las palabras del ex alcalde y corrió al despacho principal ahí abrió el tercer cajón del lado derecho, encontró una caja de madera con tres sobres cada uno con un número 1,2 y 3 todos ellos sellados.

Siguiendo las instrucciones de su antecesor abrió el primero el cual decía”: “si abriste el sobre es porque tienes graves problemas, he aquí la solución, échame a mí la culpa de todo”

Al día siguiente el alcalde citó a conferencia de prensa ante los medios de comunicación acusó al ex alcalde de haber dejado una administración en ruinas, saqueada y sin proyectos.

Ante esto la población escuchó y brindó otro voto, el de la confianza a su dirigente y las cosas volvieron a ser como antes, todo en paz.

A un año y meses de ese suceso la recesión económica volvió a movilizar los sectores sociales, no había servicios públicos, inseguridad, falta de empleo y crisis vivieron alebrestar a la sociedad quien amenazaba en paros y huelgas. En medio de ello corrió como meses antes al mismo escritorio y cajón y sacó el sobre número 2 “Diles que te heredé corrupción, despilfarro y mucha deshonra", De nueva cuenta salió y acusó, señaló y sentenció, persiguió a ex funcionarios y apresó a uno para mandar mensaje a la población.

Ante esto los mercados tomaron fuerza y confianza los pobladores le vieron buena cara a los proyectos y la gente de nueva cuenta confió.

Al paso de otro año, y sin poder cumplir lo prometido la población estaba ya sumamente molesta, empresarios salían de esa ciudad en busca de estabilidad, sus colaboradores ya le daban la espalda y buscaban ya la forma de hacerse candidatos pues se avecinaban tiempos electorales intermedios, ya nadie le hacía caso y su familia poco a poco se desmoronaba, su encargado de finanzas era cuestionado por supuesta corrupción y la situación era ya insalvable.

Sombría ya personalidad, abandonado por sus “amigos” y colaboradores lloraba solo, en medio de su frustración recordó que aun tenía una tabla de salvación, el sobre número 3, ¡¡¡¡el último!!!!

Con angustia y arrastrando sus problemas en la espalda ya solo corrió a su despacho a media noche, una oficina sin luz pues no había liquidez para pagarla tomó una veladora la encendió y a media luz logró abrir primero su oficina, después el escritorio y el tercer cajón ahí estaba el tercer y último sobre.

Tembloroso por la angustia y los problemas se sentó y abrió el sobre así despacio en calma esperando leer la respuesta de aquel la que un día ignoró y hasta negó.

Son solo un pobre rayo de luz que le proporcionaba esa veladora leyó lo que la misiva decía en tan solo una línea la cual decía : “Es tiempo de que empieces a escribir tus tres cartas”.

Moraleja: No hagas caso de quien te habla con halagos, hasta los caballos son tratados con cariño antes de montarlos.

Escucha los consejos de todos los que han pasado por tu camino y cumplen tus promesas.

*Los comentarios vertidos en ésta columna son responsabilidad exclusiva de quien la escribe.

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