Por: Florencio González Alonzo de León
El café, ese estupefaciente legal que se consume por todo el orbe. Originario de África del oeste, y descubierto según la leyenda de manera azarosa, pues fue un pastor que al ver que sus cabras saltaban y se comportaban como locas, busco cual era la razón, y se encontró que estas habían comido semillas de café, este también las probó y desde entonces el hombre quedó prendido de esta droga legal. Pero fue en la península arábiga donde halló su auge. Pues fue allí en Yemen donde por primera vez se plantó en grandes cantidades, levantado verdaderos emporios económicos en benéficos de los monopolistas yemeníes y árabes. Que celosamente guardador bajo pena de muerte, las semillas de café, hasta que un día como suele suceder con lo valioso, algún listo robo platas y el café viajo por todo el mundo. Hasta que llego a América, y fue en Sudamérica donde encontró la mejor expresión de su sabor.
Uno de esos países es Brasil, que durante décadas ha exportado café de gran calidad para el todo el mundo. E incluso el año pasado, rompió récord. Al exportar 5 mil millones de dólares el año pasado. Pero este festival de cafeína podría llegar al su fin, es este invierno atípico Brasil ha registrado inusitadas heladas que han destruido el 30% de las platas de café. Esto podría afectar durante años la oferta de este, lo que provocaría una menor oferta y con ello un incremente eventual de precios de esta bebida. La manera de explicarlo es sencilla:
El mercado mundial costa de oferentes de café y consumidores de café. Que a su vez son la oferta y la demanda. La demanda con los años se incrementa por el cambio en gustos y preferencias y sobre todo por el crecimiento demográfico. Por su parte la oferta, también se incrementa por las señales del mercado, este año y le siguiente, la oferta de disminuirá por un evento exógeno del mercado. Lo que pondrá presión sobre la cantidad de café que quede, y está bajo la disposición a pagar de los diferentes segmentos de la curva de demanda. Tendera a subir los precios los oferentes, o, en otras palabras. La cantidad es menor y la gente que quiere tomar café, es igual o mayor. Lo que provoca una elevación de precios.
Esta sin duda es una noticia no tan grata para los amantes de café, y todos lo que gustan de tomar ese amargo sabor por las mañanas. Se podría decir que si el incremento del precio es al café es alto, habrá un efecto sustitución por el té o algún tipo de efecto ingreso, pero eso ya seria tema de ver las elasticidades de cada consumidor con respecto al café. Por lo pronto, si llego hasta aquí leyendo esta columna por la mañana. Tome un café y veamos que nos traer el día.
Gracias.
*El autor es originario de Ciudad Frontera Coahuila, egresado del Tec de Monterrey, columnista de la revista Contrapunto, es especialista en temas económicos y de política monetaria, así como en el mercado de capitales y derivados.