Por: Florencio González Alonzo de León
La Refinería en Texas
¿Una planta de 92 años es buena inversión?
Para todos los mexicanos fue una sorpresa la adquisición de Pemex de una refinería propiedad de Shell en Texas. ¿Pero fue una mala inversión? Vámonos por partes:
Sabemos que Pemex ya era dueño del 50% de esa planta. Inversión que se hizo en el año de 1993 en coparticipación de Shell Oil company. También no se puede soslayar que fue durante el sexenio de Carlos Salinas. Antes tan solo meses antes del error de diciembre que costo tanto a la economía mexicana. No obstante, entonces como ahora fue una buena inversión por lo siguiente.
Se debe primer tener en cuenta que, a diferencia de los dichos de los detractores de la 4T, y que se aproxima el boom de los autos eléctricos y el fin de la era del carbón. Obviamente esto tiene algo de razón, pero no del todo, pues. Las gasolinas y el diésel aún tienen mucho camino en el siglo XXI, pues las transiciones no son tan rápidas de una industria a otra. O lo que es más importante, las transiciones alimenticias. Pues según la teoría del pico de Hubert el 95% de los agro alimentos se hacen con diésel, puesto que es el insumo más importante para el tractor y maquinaria. Unidades necesarias, para este sector de la economía y tan primario que alimenta el mundo.
De hecho, pensar que se puede cambiar a un tractor inexistente de baterías, es tan inverosímil que no sucederá en el corto ni mediano plazo. Incluso si se lograr desarrollar uno, el costo beneficio sería tan grande que causaría hambrunas por los elevados costes de producción. Entonces, porque sería mal negocio comprar una refinería si el futuro de los autos eléctricos está a la puerta, la verdad es que no lo es. Racionalmente desde la perspectiva económica es hasta óptimo. Adquirir esas instalaciones, por temas de seguridad alimentaria y no solo por la razón de bajar el precio de las gasolinas, turbosinas y diésel. Solución que parecer ser la razón principal de la mega compra. Verdad que podría ser la única, pero no lo es.
Energéticamente es imperativo que el país sea autosuficiente energéticamente, y esa debería ser. Razón suficiente para hacerlo, y no el tema de aumentar la oferta de gasolinas para reducir los costos. México dejo de ser hace décadas una potencia petrolera, de crudo, refinamiento y petroquímica porque se abandonó durante años. Inversiones como la inexistente en la barda de la refinería de Tula, o el alto costo de subsidiar gasolinas e importarlas. Condujo junto con un mal manejo corporativo al estado actual de la que debería de ser una de las más grandes petroleras del mundo. Otrora gigante del golfo como la llamo alguna vez un magnate del petróleo Howard Hughes, está ahora en una espiral de costes y perdidas. Razón suficiente para que Pemex sea un tema principal en la agenda del ejecutivo.
Andrés Manuel sabe que es de suma importancia rescatar Pemex, restructurarla y ponerla a ser eficiente de nuevo. Zonas como aguas someras en Campeche y todo el golfo, aún están ricas en yacimientos de crudo. Oíl and gas exxon Mobil, Chevron, Inpex, Statoil tiene infinidad de plataformas en las aguas del golfo propiedad de Estados Unidos. Nación que no es dueña constitucionalmente de los yacimientos, si no deja que los privados acaparen el mercado. México por el contrario es dueño de todo el subsuelo, y bajo una buena administración puede dar el siguiente salto.
Y porque no ponerse a competir con esos gigantes. Ricos yacimientos de crudo esperando ser procesados para volverse en gasolinas están esperando inversiones. Inversiones que a un Petróleos mexicanos tan endeudado le parece difícil o quizás no. Andrés Manuel demostró esta semana que, con un poco de austeridad, se pudo lograr algo que en 30 años no se hacía y es tener una refinería nueva donde su crudo. Maya 22 deje de ser un producto barato y se vuelva por medio del valor agregado un bien que, sea de más rendimiento económicos para nuestro país, que tanto lo necesita.
Gracias.