REÍMOS O LLORAMOS
Por: Manuel Durán Flores
El enterarnos de la quiebra de la empresa local, Altos Hornos de México (AHMSA) trae consigo un sentimiento raro, ese que sentimos cuando algo que el sentido de pertenencia te da a través de los años y que sientes que sacan de ti, algo muy propio.
Todos en algún momento nos sentimos más que orgullos al ver esa empresa que se erguía radiante, valiente y capaz de darle sustento a Miles y Miles de familias locales y foráneas.
Aún recuerdo cuando Monclova se llenó de familias enteras procedentes de otros Estados y Naciones que venían deslumbrados por el futuro y la riqueza de ese consorcio que nos ponía en boca de todo el mundo como la gran compañía de clase mundial.
Pasar por lo Alto del puente que divide Monclova de las colonias Obreras que permitía que por debajo circularán través repletos de materiales para la aceración nos hacía sentir grandes.
Fuimos por décadas pueblerinos con alma de acero, ese acero que con la visión de una gran persona don Harold R. Pape nos llevó a convertirnos en una prospera ciudad en dónde lo que más circulaba era el dinero pues la empresa tenía sueldos y prestaciones envidiables.
Nos llegó la Industrialización de nuestra comunidad y con ello se abrió la puerta a Universidades especializadas en materia metal mecánica, hospitales para nuestra clase trabajadora, así como tiendas departamentales y muchos otros beneficios más, era Monclova la ciudad de las oportunidades que ponía en Alto el nombre de Coahuila y su desarrollo a diferencia de otras ciudades de la entidad era más palpable que muchas otras.
Los fines de semana "la ´razita´ de bronce" como cariñosamente se conocía a los obreros de la "planta" tenían su vida resuelta pues eran familias que recibían sueldos envidiables, viviendas dignas y prestaciones para el futuro de sus hijos.
Vinieron tiempos negros con sueños rotos, la empresa pasó a manos del Estado quien a su estilo dilapó dinero para engrosar la nómina y tener clientelismo "obrero" usado para otros fines menos el de la buena producción.
Tiempo después, ya se veía venir, los falsos liderazgos obreros vinieron a desquebrajar la ya para entonces endeble economía del otrora Gigante de Acero.
Así el mismo Estado Mexicano en un perverso plan puso en venta a precio de risa la aún poderosa empresa, y la puso en manos de unos vivales, oportunistas y sinvergüenzas a modo....... un sujeto, Alonso Ancira Elizondo que junto a su familia y otros pillos deshonestos saquearon cuanto pudieron.
Se veía al final de esa rapiña, una empresa quebrada, con deudas y con muchos más pasivos que activos.
Los ladrones que se creían empresarios saciaron sus más ruines y perversos deseos que van desde la compra con dinero de la empresa de Aviones, propiedades, la contratación de "escoltas" personales y muchos excesos más.
Las amantes de los nuevos "magnates" se hicieron millonarios de la noche a la mañana ya que con la mano en la cintura se adjudicaban para ellas o familiares contratos para la ejecución de obras o reparaciones dentro de la empresa, los cuales eran pagados a sobre precios con materiales de mala calidad.
Hoy vemos el resultado del dispendio, de la holgazanería, patanería pero sobre todo de la corrupción: una empresa en ruinas, en quiebra y con mínimas posibilidades de resurgir.
Hoy un diario local atinadamente dedico sus ocho columnas a la primera plana:
!SE ACABO! .
Hoy solo quedará en el recuerdo nuestros orgullosos obreros quienes vianda en mano, casco en la cabeza y sus inigualables zapatos de seguridad caminando rumbo a la planta, a la fundición a la empresa, a cumplir sus horarios laborales de primera, segunda y tercera
Hoy existen promesas del Gobierno Federal y Estatal por hacer esfuerzos y apoyar el reinicio de esta empresa que seguramente ya no será la misma, Monclova sin AHMSA ya no es igual, los medios días sin ese silbido emanado de la empresa y que se escuchaba a la redonda de la ciudad y que anunciaba el medio día.
Hoy a quienes amamos Monclova y admiramos lo que fue esa gran empresa solo nos resta decir:
GRACIAS AHMSA por tanto y tanto.