La misericordia es un regalo

Por: P. Noel Lozano

Si hay algo que los discípulos no esperaban es que Jesús, resucitando, volviese a la vida y se les apareciese sin perder su identidad con el Crucificado. Los Evangelios ponen de relieve esa impresionante sorpresa, que llegó hasta la temeridad de pedir pruebas, como lo hizo Tomás. Sorprende a las mujeres que fueron al sepulcro y lo encontraron vacío, sorprende a los dos discípulos en camino hacia Emaús, sorprende a los discípulos reunidos en una casa. ¡Cuántas sorpresas juntas en ese día primero después del sábado! 

¿Por qué les sorprende, si creían en la resurrección de los muertos? ¿Por qué les sorprende si habían visto a Lázaro, el hermano de Marta y María, ser resucitado por Jesús? ¿Por qué les sorprende, si Jesús se los había predicho en varias ocasiones durante su ministerio público? Les sorprende porque lo que contemplan sus ojos es algo inaudito. Ellos, como buenos judíos, educados por los escribas y fariseos, creían en la resurrección de los muertos, pero... no en el tiempo, sino al final de los tiempos. Les sorprende porque la resurrección histórica de Jesús es caso único y es absolutamente diferente a la de Lázaro, a la de la hija de Jairo o a la del hijo de la viuda de Naín. Jesús está vivo, pero su vida ya no es totalmente igual a la nuestra, es una vida diferente, nueva, superior. Les sorprende porque una cosa es escuchar, entender, y otra diversa experimentar: los discípulos no escuchan que Jesús va a resucitar al tercer día, lo ven y lo oyen resucitado, lo experimentan como el vencedor de la muerte, que vive para siempre. ¡Dichoso el hombre a quien Jesús vivo le sorprenda de modo permanente!

Los dones de Jesús resucitado: la misericordia. ¿Qué es lo que el Jesús nos regala?

1) La misericordia de Jesús nos regala la paz, su paz. La necesitaban, porque estaban encogidos por el miedo. La necesitaban, para aquietar su mente y su corazón en el presente y de cara al porvenir. A todos los presentes les da la paz, no sólo a unos pocos privilegiados. Una paz que de ahora en adelante nadie les quitará, ni siquiera las tribulaciones o la muerte.

2) La misericordia de Jesús nos da su misma misión. Como el Padre me envió a Mí, así los envío Yo a ustedes. Durante tres años han ido captando la misión de Jesús y el modo de realizarla. Ahora Jesús les lanza a continuar su obra en Judea, en Samaría y hasta los confines del mundo. Una misión de hacer accesible el amor de Dios a los demás mediante el regalo de los sacramentos.

3) La misericordia de Jesús nos da al Espíritu Santo, para que realicemos con valentía y libertad interior su misión. Inseparable de la misión de Jesús, continuará siendo inseparable de la misión de los apóstoles. Él hará fecundo su trabajo apostólico, y en un siglo habrán conquistado las plazas más grandes del mundo entonces conocido, gracias a una predicación llena de amor y perdón.

4) La misericordia de Jesús nos da su poder de perdonar los pecados. Puesto que sólo Dios puede perdonar los pecados, los perdonarán únicamente en nombre de Jesús y en virtud del poder de Dios. Este perdón es algo de lo que todo hombre siente necesidad, porque, si es sincero, se encontrará culpable. La experiencia del perdón es la experiencia más genuina de la misericordia.

5) La misericordia de Jesús nos da su amor condescendiente, como sucede con Tomás, con tal de afianzar su fe: “Acerca tu dedo y comprueba mis manos; acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente”. Esta comprensión que el Resucitado tiene de nuestras miserias es maravillosa, manifestación genuina de su misericordia.

6) La misericordia de Jesús nos da el poder de edificar la Iglesia mediante la predicación y la oración, mediante la realización de numerosos signos y prodigios, sobre todo de curaciones en nombre de Jesús. Hoy estamos llamados a ir por el mundo sanando corazones y conciencias con el bálsamo de su cariño y misericordia.

Nunca olvidemos esto, especialmente este domingo, la misericordia de Dios para con nosotros no es un premio, es un regalo, sin que tengamos o hayamos hecho algún mérito para recibirlo. Valora este regalo, disfruta este regalo, comparte este regalo… un regalo del resucitado, el darte la oportunidad de sentir su misericordia y amor

Santa María Inmaculada, de la Dulce Espera, Ruega por nosotros. 

Salir de la versión móvil