Y arranca la segunda semana de este año, para muchos serán días decisivos para el futuro de Altos Hornos de México, tomando en cuenta que se reinician actividades
Por: El Eventual
Y arranca la segunda semana de este año, para muchos serán días decisivos para el futuro de Altos Hornos de México, tomando en cuenta que se reinician actividades en los juzgados, sobre todo en el federal que maneja el expediente de Concurso Mercantil y es quien resolverá si es o no legal la asamblea del 21 de diciembre.
La verdad es mucho el ánimo entre los trabajadores que buscan la reactivación de la fuente de trabajo, al mismo tiempo el pago de sus salarios, una cantidad en verdad impresionante y hay obreros que dicen aunque sea unos 50 mil pesos pero que empiece a fluir el efectivo en sus tarjetas.
Mucho se espera de esta semana aunque la verdad y se vale decir así estuvo el ánimo todo el año pasado, ya se perdió la brújula sobre lo que sigue con la empresa, pero de que a pesar de las condiciones en que se encuentra es rentable de eso no hay la menor duda de acuerdo a especialistas.
Por lo pronto lo único que resta es saber esperar los acontecimientos que se espera para la semana, el reloj no se detiene tampoco los días, sería bueno que se emita boletín oficial por parte de la empresas y con ello medio tranquilizar el ambiente entre los trabajadores y sus familias, ojalá.
Y hoy como todos los lunes el fiscalista Cesar Villareal Ramos, comparte esta bonita reflexión, iniciando el año con esa aportación que para muchos es agradable iniciar semana con un mensaje siempre es bueno después de muchos meses de incertidumbre, que la lectura les ayude en este transitar por la vida.
“El perdón es algo curioso; calienta el corazón y enfría la picadura”. Sé que todos hemos leído un millón de artículos sobre el perdón y escuchado mil charlas sobre el tema. Pero, de todas maneras, es muy difícil de practicar. El perdón no nos viene fácil a la mayoría de nosotros.
Cada vez que alguien nos lastima, quedamos con un sentimiento de herida, ira y venganza. Nos es muy difícil pasar por alto la herida que alguien nos ha infligido. Pero el perdón no es olvido, es simplemente soltar la herida. No es algo que damos a otros sino a nosotros mismos.
La herida y dolor que alguien nos causa, pudieran ser siempre parte de nuestra vida, pero el perdón nos ayuda a soltar su agarre para que podamos seguir adelante. Y en cuanto a quién perdonar, comencemos con un amigo que nos ha lastimado mucho, y el extraño que nos pisó el callo en un bus, y luego a aquellos entre esos dos extremos.
Perdonarnos a nosotros mismos es también importante. Y perdonemos rápido ya que entre más tiempo tomamos y más lo pensamos, podríamos nunca estar listos para hacerlo. Así que hagámoslo tan pronto como podamos porque aunque no cambie el pasado, definitivamente cambiará el futuro.
Y recordemos: “No perdonar es como ingerir raticida y entonces esperar que la rata muera”. Si bien no tengo manera de saber si el autor del pensamiento de hoy tiene trasfondo cristiano, me encanta la manera cómo enfoca la naturaleza e impacto del perdón.
Hoy día, algunos sectores del cristianismo han mistificado al perdón, convirtiéndolo en “atadura” para quienes nos han ofendido y a quienes no hemos perdonado. Sin embargo, estoy convencido de que la razón por la que el Señor nos llama a perdonar es precisamente porque, al no hacerlo, somos nosotros mismos los más perjudicados.
Y en esto, aún la ciencia confirma el impacto sobre nuestros cuerpos de la amargura resultante del no perdonar. Así que, vivamos la vida abundante que Dios nos ofrece dando el indispensable primer paso: perdonando a quienes nos ofenden. Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.
Bonita reflexión, verdad?
Dios nos Bendiga
Nos leemos mañana