Mimí Derba: la primera diva del cine Mexicano

Una gran actriz pionera en la industria cinematográfica, una adelantada a su tiempo, un genio incomprendido

Por: Yolo Camotes

Gracias al interés del Presidente Porfirio Diaz por las Ciencias y las Artes, México fue el primer país de América en conocer el cine.

Fue en el año de 1896 cuando Bon Bernard y Gabriel Veyre, llegaron a México enviados por los hermanos Lumiére para promocionar su moderno invento: el cinematógrafo.

Junto a ellos las primeras películas que eran apenas cortometrajes que proyectaban en imágenes eventos rutinarios como la salida de los obreros de la fábrica, Société Lumiére de Lyon, en Francia.

Bernard y Veyre enseñaron el material al general Porfirio Díaz quien quedó maravillado y autorizó la realización de 26 películas, así como la creación de salas de cine.

En aquella época, la sociedad mexicana estaba dividida en dos: la clase alta con sus grandes casonas de la colonia Roma y la clase baja marginada, olvidada y pisoteada en oscuras vecindades de calles sin nombre, o bien en pueblos del interior del país.

EL NACIMIENTO DE UNA ESTRELLA

Una noche de 1912, debutó en el Teatro Lírico una jovencita de tan sólo 19 años de nombre María Herminia Pérez de León, quien llevaba por nombre artístico al de Mimí Derba.

Herminia nació en la Ciudad de México el 9 de julio de 1893, en el seno de una familia acomodada y de costumbres refinadas.

Heredó el talento artístico de su madre, Jacob Avendaño, escritora de la novela “La hija del ministro”.

Al poco tiempo de su debut en teatro, la joven pasó rápidamente ocupar un lugar junto a las consagradas, María Conesa, Consuelo Cabrera y otras damas que deleitaban a los caballeros con cuplés y tonadillas cuyas letras ruborizaban a las escasas mujeres que se atrevían a asistir a aquellos espectáculos.

A pesar de su creciente éxito, Mimí no se conformó con la fama alcanzada en los escenarios de teatro y a cinco años de su debut, decidió incursionar en un medio poco conocido y del cual no existían antecedentes firmes en nuestro país: el cine de ficción.

La aventura de Mimí Derba parecía uno osadía con poco futuro, pero tuvo a su favor algo más que sus cualidades artísticas.

En 1917, los el General Pablo González decidió invertir en el proyecto de cine de ficción de Mimí Derba junto al camarógrafo Enrique Rosas.

Fue así como nació una compañía productora de cine, la primera organizada formalmente en nuestro país denominada: la Sociedad Cinematógrafo Mexicana Rosas Derbi Compañía, que finalmente se llamó Azteca Films

Inició sus labores en mayo de 1917, en unas oficinas ubicadas en un gran lote baldío, en la céntrica esquina de Balderas y Avenida Juárez en la ciudad de México.

Rápidamente la prensa de espectáculos de la capital mexicana, siguió de cerca y aplaudió el esfuerzo de la Derba al crear una cinematografía nacional.

Ese mismo año, Mimí declaraba a un periódico de tiraje nacional, que ansiaba llevar al cine temas netamente históricos que descubrieran las verdaderas tradiciones mexicanas.

Su sociedad con Cinematógrafo Mexicana más tarde se convertiría en Azteca Films, donde Mimí sería guionista, productora y actriz principal.

En menos de un año, la compañía produjo la asombrosa cantidad de cinco películas, la mayoría estelarizadas por la Derba, que además se dio tiempo para escribir los guiones, producir y editar varias de ellas.

Casi todas trataban de reproducir el tono de situaciones de los melodramas italianos, por lo que su éxito en taquilla dependió más de la curiosidad del público, que de otra cosa.

Entre estas curiosidades, Mimí produjo la película La Banda del Automóvil Gris, que relata con asombroso detalle las fechorías de un grupo de delincuentes vestidos de carrancistas y que a bordo de un automóvil llevaron a cabo en el México postrevolucionario.

Aunque algunos de sus miembros pertenecían al ejército, el mismo Pablo González, socio capitalista de Mimí, participaba como el líder de la banda, pero esto sólo se supo años después. La película fue elogiada por la prensa.

Con este éxito, Mimí viajó a los Estados Unidos llevando consigo una pesada maleta: la lata cinematográfica de sus películas para que éstas fueran exhibidas en el vecino país del norte.

Al ser entrevistada de su viaje los Estados Unidos, ella respondió: “Vengo a propagar la verdad de un México oculto, social y progresivo. A borrar el prejuicio y quitar la creencia del México incivil, siempre rebelde, cada vez más atrasado, el México del pelado, para lograrlo y convencer a los yankees de que somos otros, algo más que hordas salvajes. Hemos traído nuestras películas y cuando el público las vea, cambiará seguramente de opinión”, señalaba ´la Derba´.

La única cinta de la Azteca Films en la que no actuó Mimí Derba fue La Tigresa en 1917, la cual dirigió, convirtiéndola en la primera mujer directora del cine mexicano.

Desgraciadamente todas aquellas películas desaparecieron con el incendio de la Cineteca Nacional en 1982, y de ellas sólo se conservan algunas fotografías.

La Derba continuó actuando en el cine hasta 1919, pero se descorazonó al encontrar escaso éxito en sus cintas.

Derba y Rosas decidieron liquidar la compañía ese mismo año y cuando se le entrevistó de su decisión mencionó: “Dígase lo que se diga, la producción mexicana no llegará durante varios años a ser aceptable, entre las muchas razones mencionaré la inconstancia, cualidad que caracteriza a este país”

Ella se refería a que la industria era incipiente y muchos y excelentes actores no tenían trabajo suficiente que les permitiera vivir de la actuaciónpor lo que muchos de estos actores permanecían sin empleo o dedicándose a otras labores, dejando entonces la industria del cine.

Existen registros que apuntan a que Mimí aceptó un papel en la “Linterna Mágica” 1924-1925, película dirigida por Carlos Stahl, antes de incorporarse al naciente cine sonoro, nada menos que con “Santa” en 1931, donde realizaría una genial interpretación de la dueña del cabaret.

La carrera cinematográfica de Mimí Derba se extendió por dos décadas más, teniendo en su haber casi 80 películas.

El público de la época de oro, aprendió a identificarla como la elegante matrona de gesto severo y fuerte carácter que en contadas ocasiones iluminaba su rostro con una coqueta sonrisa.

Así el cine soñado por la Derba se convirtió finalmente en realidad, por desgracia, el pasar de los años la fue relegando al olvido, siendo reemplazada por mujeres más jóvenes, una tendencia siempre constante en el mundo del espectáculo.

Si su nombre no les suena, podría ser que la recuerden por su papel en la película “Ustedes los ricos”, donde hace magistralmente el papel de la abuela de chachita.

En esta cinta, realizó de manera notable el papel de una mujer muy rica que quiere comprar el cariño de su nieta.

Mimí Derba logró trabajar con los grandes de la escena fílmica de la época de oro como María Felix, Pedro Infante, Jorge Negrete y muchos más.

El 14 de julio de 1953 Mimí trascendió al reino sin tiempo ni fronteras, víctima de una embolia pulmonar.

El día de su muerte, los directivos de la ANDA declararon que no podían recibir su cuerpo para que fuera velado, pero es curioso que siempre podían recibir las cuotas sindicales de sus agremiados.

Cuando la actriz María Conesa visiblemente molesta les increpó que ella pagaría cualquier gasto funerario, por arte de magia los directivos cambiaron de opinión.

Su entierro fue sencillo, sin gente y casi pasó desapercibido, asistiendo solo dos figuras notables del cine: Fernando Soler y María Conesa, además del grupo de actores que no eran famosos.

Ahí permaneció con cierto olvido con una lápida sucia y descuidada, hasta 1972, cuando un anónimo admirador trasladó sus restos del Panteón Francés al panteón Jardín donde hoy reposan.

A pesar del olvido e ingratitud, Mimí Derbá triunfo por su sabiduría, su arte, su decencia, por ser visionaria y emprendedora en un mundo que apenas se estaba descubriendo en México.

Mimí fue una mujer siempre deseosa de aprender y emprender, jamás la detuvo nada, excepto los límites de su imaginación.

Las razones de su éxito, además su belleza, fue su saber e inteligencia, en una época donde el rol de la mujer en el cine solo era reflejando fantasías masculinas y erotismo.

Mimí iba contracorriente y exponían en sus películas temas completamente opuestos a partir de contextos sociales históricos para hacer una crítica al machismo.

Como forma de expresión artística, el cine no tiene barreras de género, sin embargo, la historia de este medio nos enseña que la mujer tuvo que librar duras batallas para obtener un lugar en el campo de la realización fílmica.

Por muchas razones, el medio cinematográfico estuvo dominado por hombres hasta la década recientes, de ahí que sea meritorio reconocer el esfuerzo de tantas mujeres que a pesar de tener todo en contra, lograron abrirse paso en el campo de la dirección cinematográfica.

Nombres como el de Mimí Derba quedarán por siempre inscritos en letras de oro de la memoria del cine mexicano.

Ellas le abrieron el camino a más mujeres para que sumaran a este medio, no sólo como actrices, sino como productoras, directoras, guionistas, argumentistas y creadoras.

Hoy, a más de 100 años de los inicios del cine nacional, es grato recordar que siempre ha habido una mujer, no sólo delante, sino también detrás de las cámaras.

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