Andrés Muñoz finaliza su temporada en MLB con cifras récord y un lugar en el segundo equipo ideal.
Por: Agencia
Andrés Muñoz viene de firmar la mejor temporada de su carrera en Grandes Ligas: terminó con 38 salvamentos, la cifra más alta de su trayectoria, y una efectividad de 1.73, también récord personal. Su desempeño lo llevó a ser elegido en el segundo equipo ideal de MLB, consolidándose como uno de los cerradores más dominantes de la actualidad.
"El resultado se nos dio. A mitad de temporada andábamos un poquito apagados, pero la persistencia de todos nosotros de querer hacerlo lo mejor posible nos dejó llegar a los playoffs", dijo al portal Línea Directa. Para Muñoz, la clave no fue sólo cerrar fuerte, sino la capacidad del grupo para resistir los bajones y competir en octubre.
¿Cuál fue la experiencia de Muñoz en la postemporada?La primera experiencia de postemporada representó un salto emocional. "No es cualquier cosa, es un ambiente muy diferente", contó. "Saber que podemos controlar esa clase de adrenalina y de presión nos prepara un poquito más cada año."
El sinaloense insiste en que su crecimiento parte de una filosofía sencilla: jamás dejar de aprender.
"Mi cosa es aprender, todo el tiempo estoy para aprender. No importa cuántos años tengas ahí, vas a seguir aprendiendo. Nunca pensar que lo sabes todo."
¿Qué dice Muñoz sobre su talento y esfuerzo?Al hablar de su talento, Muñoz evita cualquier tono triunfalista. "Fue un regalo de Dios. No hice nada especial para tener este brazo", comentó. Eso no significa que no haya esfuerzo detrás: "Hacíamos tres sesiones todos los días para poder llegar ahí."
El cerrador también confesó un anhelo que mantiene vivo: jugar algún día con los Cañeros de Los Mochis, el equipo de su ciudad. "Me encantaría, es uno de mis sueños portar esa casaca. En este momento no es lo recomendable para mí, pero las ganas están ahí y en algún futuro, si se presenta la oportunidad, voy a jugar."
Con sus mejores números, su primera postemporada y un lugar en el equipo ideal, Muñoz se confirma entre los brazos élite del béisbol. Pero lejos de instalarse en esa etiqueta, repite su mantra: el aprendizaje nunca termina.