El hombre que ama el beisbol: Juan Antonio Peña Jerez.

Por: Eli Fuentes

La vida del pelotero foráneo es muy difícil, ya que tiene que adaptarse a los nuevos sistemas y diferentes culturas de otras ciudades, emigrar, dejar la familia todo por perseguir un sueño, tal es el caso del oriundo de República Dominicana Juan Antonio Peña Jerez.

Hablar de Juan Peña no es sólo evocar grandeza y éxito sino toda una vida llena de sacrificios dentro del beisbol, negado a dejar su guante sobre un locker a sus 40 años de edad aún sigue entregando un excelente beisbol profesional.

Hijo de Francisco Peña y Gisela Jerez con cuatro hermanos uno de ellos también pelotero Juan Francisco ex liga mayorista.

El beisbol le llegó como un hobbie sin saber que sería un grande de la pelota caliente poco más de cinco años Juan inició su camino dentro del beisbol en Ligas Pequeñas inició en la Liga “Marcos Ramírez” en su natal Dominicana.

Poco más de quince años Peña recibió la noticia que cambiaría su vida al ser seleccionado por los Atléticos de Oakland.

¿Cómo debutas profesionalmente?

Ya como profesional, primero uno realiza unas pruebas en las cuales eres visoreado para posteriormente firmar tu primer contrato, pero como en ese entonces yo era menor de edad me llevaron con mis padres para que firmaran para en ese año del 1996 hacer mi debut.

¿Qué sensación tuviste después del primer contrato?

Es para mi un día bien inolvidable ya que fue el primer contrato de muchos que yo esperaba después y que mejor para un equipo de Grandes Ligas como lo eran Atléticos.

¿Cómo fue que te sentiste en tu primer cobro de cheque?

No la verdad fue algo muy bueno porque es ahí cuando uno dice esto qué, aquí es donde uno empieza a rascarse con sus propias uñas, como uno no tiene compromiso lo que tratábamos fue de ayudar a mis padres, lo primero que yo hice fue dárselo como regalo a mi mamá.

Luego del éxito y debutar en Grandes Ligas, Juan Antonio nos comentó que lo más difícil de su carrera fue el dejar a su familia, con una voz quebrantada dijo.

“Dejar a mi familia fue lo más difícil, yo tenía 16 años cuando me fui para los Estados Unidos yo nunca me había separado de mis padres tanto tiempo, entonces sí tarde mucho para adaptarme a ese sistema.

Otra de las barreras que fueron complicadas fueron aprender el inglés, ya que el primer estado en el que estuve fue Arizona entonces ahí es puro idioma de allá, entonces lo primero era pues pedir todo a puras señas, pero uno se va pensando en la manera que te entiendan, fue complicado pero divertido a la vez”.

¿Qué siguió en tu carrera después de salir de Oakland?

Después de haber salido estuve durante un año en los Cardenales de San Luis, al siguiente año estuve con los Cachorros de Chicago también durante un año.

Gracias a Dios mis números fueron buenos y estuve muy contento con mi paso por los Estados Unidos.

¿Cómo dominas a los rivales?

Dominar a un bateador es difícil, para ello se trabaja y pues dentro de mi repertorio lo que más utilizo es la pichada rápida o sinker y cambio.

¿Cómo llegaste a México?

Yo estaba participando en República Dominicana con Águilas, después con Toros del Este, ahí fue cuando los Cañeros de los Mochis me hicieron una oferta así fue como llegue primero a LMP posterior mente al verano.

¿Qué logro importante conseguiste en tu primera llegada a México?

Representar a esta nación en una serie del Caribe con los Cañeros.

La carrera de Juan Antonio Peña estaba dando muchos frutos a lo que el pelotero entregaba dentro de los diamantes de juego, jugo con Vaqueros Laguna, después partió a Taiwan volvió a regresar para LMP.

¿Cómo llega Juan Antonio a los Acereros?

Yo llegué a Monclova en 2010 muchos no lo sabían pero en aquel entonces, Acereros tenía un gran staff de picheo encabezado por Nerio Rodríguez que era como el Josh Lowey de ahora, me fui nuevamente y regrese en el año del 2015.

Con un sacrificio grande Juan fue uno de los lanzadores clave en el 2015 para los Acereros de Monclova donde contribuyó con 12 victorias para que el equipo llegara a serie del Rey.

¿Qué sentiste al momento de quedar campeón?

Es una sensación que no se puede describir, no hay palabras para contestar es un trago de saliva bien agradable, pocos recuerdan a todos esos muchachos llenos de corazón inmenso y sigo sintiendo ese campeonato.

Con todo el éxito aquel pelotero que estaba forjando un sueño en 2015, conoció al amor de su vida Blanca Arreola, todo pasaba como un día normal y ambos coincidieron en tiempo así como lugar en un restaurante de la ciudad.

“Todo era como cualquier otro día sin saber, que después de ese momento compartiría mi vida a lado de una mujer que me lo ha dado todo, le doy gracias a Dios por esta gran bendición espero estar a su lado muchos años”.

Cuando todo iba por un buen camino el regreso de Peña en 2016, sufrió lo letal para un lanzador una lesión en su brazo izquierdo que necesitaría de una cirugía que lo dejaría fuera por dos años.

“Yo estoy bien agradecido con Dios y el licenciado Gerardo Benavides quien hizo todo para que yo saliera adelante de mi cirugía y rehabilitación, sin él yo no estaría jugando beisbol ya que él se encargó de mi salud por que todo saliera bien, es un honor para mí que esa gran persona y de buen corazón me ayudara a salir adelante”.

Para el 2018 Juan Peña regresó a la loma de los lanzamientos con los Carboneros de Nava lanzó cuatro juegos para después ser llamado por Tecolotes de Los Dos Laredos donde actualmente sigue haciendo lo que más le gusta.

Finalmente el oriundo de República Dominicana se muestra contento de seguir jugando pelota, dejó un mensaje de consejo para los jóvenes y a todas las personas que le han ayudado.

“Dentro de este deporte no hay nada imposible, primero tienen que trazar su meta para conseguir sus sueños, esto se tiene que hacer de corazón y con fe, no hagan caso a los comentarios tienen que perseguir lo que más quieren.

Al final esto no se puede hacer solo, quiero agradecer enteramente a mis padres que siempre me impulsaron a salir adelante que me ayudaron a ir por mi sueño, también quiero agradecer a mi pareja Blanca, sus padres, hermanos.

Ya que no los veo como mis suegros, sino como mis padres formalmente agradezco a la familia Arreola en general por todo ese apoyo que siempre me han dado, por último el tiempo que tenga de vida se lo agradeceré al licenciado Gerardo Benavides que me ayudó para que yo hoy en día esté jugando beisbol”.

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