Josué García García, ajedrecista de corazón

Por: Luisa Chavez

Su inquietud por el ajedrez comenzó cuando veía jugar a sus hermanos y en su juventud su motivación fue ganar un ajedrez de cristal. Ahora, Josué comparte sus conocimientos a niños y jóvenes, y su hija Camila sigue sus pasos.

Josué García García es el menor de tres hijos de Leobardo García y María de la Luz García (+), es originario de Castaños, Coahuila. Actualmente tiene 31 años y su esposa es Iliana, con quien procreó a Camila, Josué, Sebastián e Isabela.

Cuando Josué tenía 6 años, veía a jugar a sus hermanos Gamaliel y Leobardo, quienes son 12 años mayor, y en ese momento no lo dejaron practicar, mucho menos le quisieron enseñar.

Sus hijos siguen sus pasos.

Por largas horas los veía jugar y pronto aprendió los movimientos de las piezas. Un día su primo Jasiel lo retó a jugar y empezó con su estrategia y así fue su primera partida.

A los trece años estudiaba en la Secundaria 85 de Castaños y el profesor Eusebio Berlanga, del taller de máquinas y herramientas, preguntó quién quería jugar ajedrez y el alumno que le ganara representaría a la escuela en el torneo de secundarias técnicas.

Josué fue el tercer alumno en pasar y jaque mate, en un abrir y cerrar de ojos. El profesor, incrédulo, lo volvió a retar, y ocurrió la misma historia. Fue entonces que empezó a competir por su escuela logrando varios primeros lugares.

En su etapa de estudiante en el CECyTEC de Castaños, nuevamente un profesor lo invitó a participar un torneo interno. En un principio no le llamó la atención, pero el entonces director Falcón Tijerina, ofreció como premio al ganador un ajedrez de cristal.

Fue entonces que se inscribió y ganó, de inmediato fue a reclamar su premio, sin embargo, no se lo dieron, a cambio tenía que representar a la escuela y ganar la fase estatal del Inter CECyTEC.

Su hija, Camila, representó a México en el Panamericano de El Salvador.

En dicha etapa volvió a hacer de las suyas y se quedó con el pase al Nacional; lejos de festejar, fue con el director a decirle que había ganado y quería su ajedrez de cristal, que hasta la fecha conserva con cariño.

A raíz de participar en el Nacional de San Luis Potosí decidió a enfocarse a estudiar de manera autodidacta; se compró libros, revistas y se enamoró del deporte ciencia.

¿Cómo fue que decidió estudiar ajedrez?

“Al regresar del Nacional, en esa época tenía 15 años. Empecé a participar en torneos, para ese entonces ya estaba el ingeniero Borrego organizando todo esto. Llegó el momento que no había mucha competencia en mi categoría, fue que decidí participar en la Libre. Era otro nivel y a su vez mucho aprendizaje”.

¿Cómo se enroló a la Olimpiada?

“Fue a través de invitaciones, acudí a las etapas eliminatorias y logré clasificar. En el 2004 fue la primera, pero quedé en tercer lugar estatal. En el 2005 y 2006, quedé en primer lugar estatal y de ahí fui al Prenacional en Tamaulipas y San Luis Potosí. Era un nivel muy bueno y estuve en la pelea, pero no logré avanzar”.

Representó en repetidas a ocasiones al Tec Monclova por todo el país.

¿Cuál fue su primera partida en el Prenacional?

“Nunca se me olvidará. Fue contra Juan Carlos Solís, de Nuevo León. Fue en el 2005, yo todavía no conocía mucho de relojes y reglas. La partida era de una hora y media, entonces eran análogos y marcaron 30 minutos. Estuve a punto de ganar, ya lo tenía en jaque, pero pensé que se había acabado el tiempo, y me declaré perdedor. Él se sorprendió y me dijo que todavía faltaba una hora. Ahora es una anécdota graciosa, y para colmo el resto de las partidas las gané”.

A partir del 2016 juegan en Estados Unidos.

¿Qué maestros de ajedrez tuvo?

“Realmente tuve muchos profesores que me invitaban a jugar, pero nunca tuve uno que me enseñara. Era otra época, antes no había mucho. Pero, recuerdo al profesor Vallejo, de Torreón. Lo conocí en la Olimpiada del 2006, tenía como 80 años. Me encantaba platicar con él porque se sabía muchas jugadas de memoria, nos daba consejos y era muy bueno”.

¿Cómo fue que llegó a tener un buen nivel?

“Cuando entré a estudiar en el Tec Monclova, ahí practiqué más y jugaba constantemente. Participé en los Inter Tec de Celaya, Torreón, Ciudad Victoria, Culiacán y Saltillo. Estuve en 3 Nacionales; Culiacán y Ciudad Victoria, donde me coloqué en cuarto lugar, y en el último, fue la vencida. Por primera vez, el Tec Monclova ganó una medalla y fue de bronce en ajedrez”.

¿Qué representó hacer historia en su Universidad?

“Fue algo muy bueno, era mi último año y regresar con la medalla fue lo máximo. Me enfrenté a San Luis Potosí y Saltillo. La más difícil fue contra el entonces campeón, que era de Cancún. Tenía más de 2 mil puntos de rating, hice una buena combinación y ya no se pudo recuperar. Con eso aseguré la medalla. En mi última partida fue contra Chihuahua y empaté”.

Como jugador sigue vigente, además de entrenador y padre de ajedrecistas.

¿Cuál es el torneo más significativo?

“Cuando fui campeón nacional en el Abierto de León, Guanajuato en el 2011. Me tocaron jugadores del centro del país, fueron 5 rondas y fui líder en solitario con 4.5. Por cierto, me gané 20 mil pesos. Otro fue mi primer Festival Nacional de la UNAM, aquí estuvieron Gary Kasparov y Magnus Carlsen, esto en el 2010. Cuando iba a la competencia, estaba punto de entrar al metro y me querían asaltar, por fortuna no pasó a mayores”.

¿Cómo inició la fase de maestro?

“Esa faceta empezó en preparatoria, un maestro me dijo que les enseñara a sus hijos, fue algo informal. En el 2008 cubrí un interinato en la Secundaria Miguel Blanco con el club de ajedrez; veíamos cosas básicas, y ese mismo año ingresé al Instituto Inmagusa a impartir club y luego se impartió el ajedrez como materia”.

Por varios años, estuvo con el Instituto Inmagusa de Castaños.

¿Cómo fue el proceso en Inmagusa?

“Fue una época donde los niños ganaban todo. Como club, se logró el apoyo de la empresa para que Ervey Hernández y Ana Cecilia Almendáriz representaran a Coahuila en el Nacional Abierto en Toluca en el 2009. Un año más tarde, la señora Alicia Galaz emprendió el proyecto de ajedrez como materia, fue el “boom” del ajedrez y era la primera institución de México en hacerlo”.

¿Qué logros obtuvo con Inmagusa?

“Los niños arrasaban en las categorías Infantiles en los torneos locales y participaron en los Juegos Escolares. En el 2010 en Zacatecas, en el 2011 en Chihuahua, en el 2012 en Querétaro y en el 2013 en Nuevo León. No se pudo subir al podio, pero siempre estaban en el top 5. En ese 2013, salí y empecé a trabajar en AHMSA en lo que estudié, que es ingeniería”.

Actualmente cuenta con su propio club de Ajedrez.

¿En qué otras escuelas impartió clases de ajedrez?

“Por cuestión de tiempo estuve en el Tec Monclova durante 5 años, y desde el 2012 sólo en UANE. Hace 4 años decidí crear mi propio club Shark Chess ante la demanda de niños de Castaños. Llegué a tener alrededor de 100 inscritos y 30 activos en competencia”.

¿Por qué inculcar el ajedrez a sus hijos?

“Realmente por la infinidad de beneficios. Por ejemplo, Camila es la mayor, entonces empecé con ella. En el 2017 ganó la medalla de bronce en el Panamericano de El Salvador, esto ya lo viví como padre. Contamos con el apoyo de Inmagusa, que la patrocinó todo, y de su maestro Eliseo Maldonado”.

¿Qué es para usted el ajedrez?

“Es un estilo de vida más que un deporte o juego. He logrado conocer a muchas personas y lugares. Viajar con mi familia por el ajedrez. Incluso hemos jugado en San Antonio, Asutin y Houston. Prácticamente hablamos todo el tiempo de ajedrez”.

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