“Lacho” Zertuche; el mejor Jardinero Central

Por: Jorge Salazar

“El beisbol es un enjambre de sueños, algo bonito, algo divino, es el deporte del millón de jugadas… más las que se acumulen”, asegura sonriendo Horacio “Lacho” Zertuche Farías, uno de los más grandes talentos del beisbol de Frontera y miembro indiscutible del equipo ideal de todos los tiempos de la Liga del Norte como un veloz Jardinero Central.

A sus 65 años, se niega a colgar el guante y aunque se retiró del campo como jugador en 1990, su alma se niega a dejar el deporte de su vida, ese que le dejó las más grandes satisfacciones.

Actualmente comparte sus conocimientos del rey de los deportes como entrenador de una camada de niño que ven en “Lacho Zertuche” un guía, un líder, un abuelo que comparte su gran sabiduría.

Originario de Ramos Arizpe, Coahuila, desde los seis años se fue a vivir a Frontera, su verdadera tierra natal, donde se enamoró del beisbol jugando en calles y llanos terregosos, usando palos de escoba como bates y pelotas de plástico como bolas. A su paso por la Secundaria Federal 24, se enamoró del beisbol que acabó por convertirse en la gran pasión y porqué no decirlo el motivo de su vida.

En su juventud regresó a Saltillo para estudiar en el Tecnológico de Saltillo, donde cursó la carrera de Técnico Metalúrgico con el sueño de conseguir trabajo en Altos Hornos o Fumosa luego de egresar en 1969.

Como deportista nato, siempre fue muy competitivo y sufría de ansiedad por no poder pisar el centro del diamante para mostrarse enfundado en un uniforme y mostrar su capacidad, pero su baja estatura le cerró inicialmente algunas puertas y lo relegó de cualquier aspiración de selección.

“En la universidad hubo un torneo interior de atletismo y gané los 100 metros, el salto de longitud, 200 metros y el relevo 4 por 100, ahí fue cuando llamé la atención del “coach” quien me invitó a jugar como relleno en el equipo de los profesores contra los alumnos”, relata Lacho mientras acomoda las almohadillas en el estadio de beisbol de la Borja.

Recuerda que lo hizo tan bien que le pidieron integrarse a la Primera Fuerza del Tec de Saltillo, donde fue descubierto por el Maestro Héctor “Peto” Villalobos buscador de talentos de los Sultanes.

“Era un gran manager y me invitó a ir a los entrenamientos de los Sultanes, pero decidí mejor terminar mi carrera, no tenía tiempo para entrenar y al egresar, regresé a mi tierra para trabajar en Fumosa, después en AHMSA de donde salí reajustado en 1991, tras 24 años de estar “en la lumbre”, muy cerca de donde se funde el fierro para hacer acero”, explica.

Conoció al amor de su vida, a los 15 años, en una fiesta de la Academia y luego de 5 años de noviazgo se casaron y tuvieron tres hijos, todos varones que legaron de su padre el gusto por el beisbol.

Los tres estudiaron Ingeniería en el Tec de Saltillo, Horacio Alejandro, Gabriel Eduardo y Néstor Andrei; Horacio y Néstor jugaron dos temporadas en la Liga del Norte pero le dieron más prioridad a su trabajo y actualmente juegan en ligas locales como hobbie de fin de semana.

Fue en su ingreso a Fumosa que tuvo la oportunidad de jugar en la Liga del Norte en 1970, con categoría de beisbol semi profesional.

“De la Liga del Norte ha habido tres versiones, la añeja, sucursales de Liga Mexicana y la actual José Fernández Santos, de la única que existen datos, por eso no conservo un récord de mis participaciones”.

Recuerda que fue campeón en 1971 con el equipo de Frontera, en 1972 iban a refrendar, pero la lluvia no permitió definir al campeón, porque por mal tiempo, el equipo finalista tuvo que reportarse en la Liga Mexicana.

“Posteriormente jugué en la Liga Fernández Santos en 1974 y ahí tuve oportunidad de quedar Campeón con Barroterán dos veces y con los Cachorros de Sacramento una vez, eran juegos de domingo”.

Jugaba en la Liga Industrial y en la Liga del Norte de Coahuila, hubo oportunidad de jugar con quipos de Liga Mexicana, pero su trabajo bien remunerado y el buen salario de la Liga del Norte lo hizo quedarse.

“En 1971 que quedamos campeones en la Liga añeja del Norte, ese equipo base participó en la Liga Otoñal de Monterrey y obtuvimos el Campeonato, yo quedé Campeón Robador de Bases, Segundo Lugar de Bateo y Segundo Lugar de Carreras Empujadas en una liga muy fuerte”, expresa.

En su carrera una de las mayores satisfacciones fue el campeonato con Sacramento, el Municipio más pequeño pero con la mejor afición que los acompañaba a toda la región. “Obtuve el campeonato contra mi ex equipo Barroterán, me tocó hacer la atrapada del último Out, con el Score ganando por una carrera y casa llena, era una línea muy difícil entre dos, pero tuve la oportunidad de atraparla para despertar la euforia del graderío, incluso de los mismos de Barroterán donde yo había jugado y que al final me cargaron en hombros a pesar de ser del equipo rival”, relata emocionado.

Gracias a su constancia y talento jugó 20 años en la Liga del Norte, alternándolo con softbol entre semana, al final de su carrera como jugador se integró a la liga de mayores de 50 años, donde tuvo la oportunidad de pertenecer al Club de Beisbol Primo Elizondo, con un record de 90 juegos ganados de manera ininterrumpida y cuatro campeonatos al hilo.

Desde 1991 se dedica a entrenar niños, otra de sus facetas como deportista, primero en la Liga de Campestre de Lago a los que llevó a un torneo nacional en Ciudad Juárez.

“Colgué el guante porque las rodillas me cobraron factura luego de tantos años de vida deportiva, solo lo uso en los entrenamientos con los niños, aunque me sigo moviendo en el ambiente”.

Consideró que el beisbol es un deporte que nunca se acaba de aprender y como coach con los niños tiene que aplicar paciencia y disciplina para que hagan caso y asimilen las indicaciones de este bonito deporte.

Destacar además que don “Lacho” Zertuche es de los únicos entrenadores que no cobra un peso a sus pupilos del equipo Rieleritos, y que tanto uniformes como equipo se obtienen de la realización de actividades y el apoyo del Club de Leones. Básicamente trabaja “por amor al arte”.

Consiguió el campeonato de Invierno del 2013 de la Liga Rivereña y actualmente en la categoría de 9 a 10 años con los mismos Rieleros.

Sobre la posibilidad de alejarse por completo del campo de beisbol, dijo que mientras Dios le de la salud y la fuerza, va a seguir con los niños, esperando verlos llegar a los 16 años cuando su panorama deportivo pueda ser mayor.

“Sin beisbol me enfermaría”, dice al recordar que cuando jugaba en Liga del Norte, en la Borja se realizó un torneo con su nombre, en aquella ocasión tenía 23 años de edad y jugaba con Barroterán”.

Después de eso han sido constantes los homenajes a su brillante trayectoria, en ligas como la Armando Pruneda, que una temporada llevó su nombre, lo mismo ocurrió con la liga de mayores de 50 años y recientemente recibió un homenaje de la Liga Rivereña.

Como aficionado del beisbol dijo admirar como jugador en México a Héctor Espino, gran bateador y en Ligas Mayores a Mickey Mantle el beisbolista, bateador ambidiestro de gran poder y uno de los más populares jugadores de la historia de las grandes ligas que jugó toda su carrera profesional para los Yankees.

“Para ser un jugador completo el beisbol te pide tener las cinco herramientas, hay buenos bateadores que no corren, o mal guante, y debes batear más de .290, hacerlo con poder para hacer dobles y sacar la pelota del parque, además de tener agilidad y velocidad para correr, un cañón en el brazo y saber fildear”, cualidades que Horacio Zertuche tenía de sobra.

De don “Lacho”, además de su hijo “Lachito”, también su nieto “Lachín Alejandro Zertuche” está involucrado de lleno en el aprendizaje de la mano de su abuelo y sueña algún día alcanzarlo y poder pisar un Estadio de Grandes Ligas.

A lo largo de su prolífica carrera como beisbolista obtuvo 2 campeonatos de la Liga del Norte con Barroterán, 1 Campeonato con Sacramento, 1 sub campeonato con Agujita, además de jugar 20 temporadas en las 3 versiones de la Liga del Norte.

Al paso de toda una vida dedicada al beisbol como jugador y como semillero de pequeños talentos, don Lacho asegura, que mientras Dios se lo permita quiere estar enredado en el enjambre de sueños, este deporte bonito, divino que es el beisbol.

Horacio “Lacho” Zertuche

Aparece en el equipo ideal como Jardinero Central de todos los tiempos.

Porcentaje de por vida 312 robos de base.

Dos dobles en 3 juegos consecutivos.

Más de mil turnos al bat.

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