Por: Eli Fuentes
El sueño de ser futbolista profesional es algo que cualquiera anhela y que no todos consiguen, el producto de la disciplina es el factor número uno para llegar a lo más alto, tal es el caso de la joven estrella Wendy Toledo Barroso quien nunca se dio por vencida y hoy brilla bajo los tres postes en la defensiva del equipo Rayadas de Monterrey. ¿Platícanos de tu trayectoria en el futbol? A los nueve años comencé en la disciplina del deporte, mis padres me traían en diferentes deportes, primero practiqué gimnasia, basquetbol, voleibol. En una ocasión una compañera me invitó a practicar el soccer, desde el inicio siempre me dijeron que por mi estatura podría llegar a ser buena portera, siempre estuve participando en la delantera, un día faltó nuestra arquera oficial, tome su posición y a partir de ahí no volví a dejar ese lugar. ¿Qué significa para Wendy ser jugadora de futbol? Hoy en día las niñas están muy ilusionadas, ya estamos en boca de unas niñas que nos quieren imitar y esto para mi es bonito y que mejor que ser un ejemplo para jovencitas que quieren seguir el paso que llevamos. ¿Por qué decidiste ser portera? Es una posición muy bonita de mucha concentración y adrenalina de las más complicadas. ¿Alguna vez te han reclamado tus compañeras por algún gol? Me atrevo a decir que somos humanos y podemos cometer errores, sí he recibido algún reclamo en el momento por el enojo, pero ya al final del partido es como pedir la disculpa y todas seguimos siendo felices en la organización. ¿Cuál ha sido tu mejor momento como jugadora? Cuando fui convocada a Selección Nacional, yo me mude desde los 13 años a Torreón, Coahuila, durante dos años estuve esperando la convocatoria, cuando me llegó sentí mucha emoción por que era el ver cumplido algo que me había propuesto y lo logré. ¿Qué sentiste al ser convocada a tan corta edad? Para ello me estuve preparando, que son las metas que me he puesto y muy feliz porque se han cumplido. ¿Cuéntanos que ha sido lo más difícil? Dejar a mi familia, el ser foránea tan pequeña, pero creo que todo es un sacrificio que vale mucho la pena.