Por: Brenda Rebolloso
Un velador se quedó dormido mientras manejaba una camioneta de una mueblería, por lo que se estampó contra tres vehículos que se encontraban estacionados sobre la avenida Leandro Valle, resultando además lesionado.
Como responsable del aparatoso choque que dejó considerables daños materiales quedó Ernesto San Miguel Briones, de 66 años de edad, vecino de la calle Mérida, número 900, de la colonia Chapultepec.
El también velador de una mueblería localizada en calles de la Elsa Hernández, manejaba una camioneta Chevrolet, S10, modelo 1990, de color amarilla, en la que cargaba muebles y diferentes artículos para el hogar.
La Chevrolet primero chocó contra el Spark.
Sin embargo, al pasar el cruce con la calle Francisco I. Madero, de la colonia Leandro Valle, el cansancio lo venció y sin darse cuenta se quedó dormido, despertando luego de estrellarse contra un Chevrolet, Spark, modelo 2015, de color negro, propiedad de Isamar Mendoza Montoya, de 25 años de edad, vecina de la calle Francisco Alfaro, número 1606, de la colonia San Francisco.
Tras el impacto con el auto compacto, el sexagenario continuó su marcha y se estrelló contra una camioneta Nissan, modelo 2014, en color blanco, la cual pertenece a Jesús Mendoza González, y se encontraba fuera de su domicilio marcado con el número 2185, de la avenida Leandro Valle, la que proyectó contra la vivienda marcada con el número 2187, propiedad de Manuel Eduardo Contreras González, de 25 años de edad, y el automóvil de este, un Dodge Stratus, modelo 2003, en color blanco.
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Luego del choque múltiple, el sexagenario despertó sólo para llevarse la desagradable sorpresa, los dueños de los vehículos afectados solicitaron el apoyo de la Policía, llegando al lugar los oficiales de Control de Accidentes.
Los peritos dialogaron con el conductor de la Chevrolet, quien indicó que también era el velador del negocio, por lo que probablemente dormitó al volante y aunque resultó con heridas en las manos, no quiso ser examinado por los paramédicos.
Los oficiales llevaron a los involucrados a la jefatura, con el afán de que llegaran a un arreglo sobre la reparación de los daños que dejó como saldo la colisión.