Un hombre vivió una noche inolvidable en un bar de Monclova al descubrir una sorpresa inesperada.
Por: Brenda Rebolloso
MONCLOVA, COAH. – Lo que empezó como una "noche tranquila" de diversión, bailes y, aparentemente, mujeres guapas, terminó de la manera más inesperada y, por supuesto, memorable para un hombre en el bar "El Viajeros", en pleno Centro de la ciudad.
Rubén Almanza, vecino de la colonia Miravalle, decidió sumergirse en el mundo nocturno, tras haber dejado claro que no es un cliente habitual de cantinas ni bares.
El hombre, quien aparentemente estaba más "alegre" de lo usual, se adentró en el establecimiento sin saber lo que le esperaba: una noche llena de sorpresas que no estaban, ni por asomo, en el menú.
Según su relato, al llegar al bar observó a varias "mujeres muy guapas" y comenzó a disfrutar de la fiesta, sin notar detalles clave, como el hecho de que algunas de las "damas" tenían voces sorprendentemente graves y otras, según él, "barbillas muy marcadas".
Para su sorpresa y, probablemente, angustia, Rubén pronto descubrió que su "caché de mujeres" era, en realidad, un grupo de hombres perfectamente arreglados, peinados y maquillados como reinas. Nada como una lección de percepción, ¿verdad?.
Desconcertado por la revelación, Rubén intentó salir del lugar disimuladamente, como si con eso pudiera borrar los rastros de su mala decisión. Sin embargo, el destino (y el encargado de seguridad) no lo dejaron escapar tan fácilmente.
Al llegar a la calle Hidalgo, fue alcanzado por el encargado, quien le recordó amablemente que su "diversión" había dejado una cuenta pendiente... y bastante generosa, por cierto.
Cuando le presentaron la factura, Rubén, en un arranque de sinceridad (y probablemente de desesperación), intentó justificar que no traía dinero en efectivo y pidió ser acompañado al banco para realizar el pago.
Al llegar al cajero automático y realizar la operación, la máquina le dio un pequeño empujón hacia la realidad: "Cuenta en ceros", sin fondos disponibles.
Increíblemente, Rubén se encontró en una situación más incómoda de lo que su "descubrimiento" ya era: la falta de dinero lo dejó sin opciones. Ante la imposibilidad de cubrir el consumo, el personal del bar optó por solicitar el apoyo de la Policía Municipal.
Los oficiales acudieron para llevarse a Rubén detenido, quien, como si fuera el protagonista de una película de comedia, insistió en que todo había sido parte de una "experiencia".
Sin embargo, la única lección que quedó clara esa noche es que a veces el experimento social no sale como uno lo espera, y en este caso, terminó con Rubén aprendiendo de la manera más amarga que no siempre hay una segunda oportunidad para pagar la cuenta.