El tabú que envejece: por qué no se habla de intimidad en la tercera edad

La vida íntima en la vejez sigue siendo un tema del que nadie quiere hablar.

Por: Staff / La Voz

La vida íntima en la vejez sigue siendo un tema del que nadie quiere hablar. Contrario a lo que muchos creen, el deseo no desaparece con los años. Diversos estudios internacionales demuestran que mantener vínculos afectivos activos contribuye de manera significativa al bienestar físico y emocional de las personas adultas mayores.

La Organización Mundial de la Salud reconoce la salud afectiva como un derecho humano fundamental que no tiene fecha de vencimiento. Sin embargo, en México como en gran parte de Latinoamérica,  la estigmatización social y la escasa educación adaptada a esta población levantan barreras invisibles que deterioran la calidad de vida de millones de personas mayores de 60 años.

Lo que la ciencia ya confirmó

Investigaciones publicadas en revistas como el British Medical Journal y el Journal of Sexual Medicine han documentado que la actividad íntima en personas adultas mayores se relaciona con mejor salud cardiovascular, un sistema inmunológico más fuerte y mayor liberación de endorfinas. También reduce el estrés y la ansiedad, dos problemas frecuentes en esta etapa.

El contacto humano, la cercanía y la complicidad emocional son necesidades que no desaparecen con el paso del tiempo, aunque la sociedad prefiera ignorarlo. Las personas mayores que mantienen vínculos afectivos activos reportan menores niveles de depresión y una percepción más positiva de su propia vida.

La soledad como problema de salud pública

En ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey, el aislamiento de los adultos mayores es una realidad que pocos quieren reconocer. Según datos del INEGI, más del 20% de los adultos mayores en México viven solos, y muchos de ellos reportan sentirse frecuentemente aislados.

El vínculo afectivo que genera la intimidad puede ser fundamental para contrarrestar esa soledad. Encuestas internacionales han revelado que cerca del 70% de las personas mayores que mantienen una relación de pareja activa se sienten significativamente menos solas.

Ante esta realidad, han surgido alternativas que responden a necesidades genuinas. Algunos adultos mayores recurren a servicios de acompañamiento profesional que van más allá de lo físico: priorizan la conversación, la compañía y el afecto. Plataformas como mx.skokka.com, vivastreet y otros referentes del sector, registran un número creciente de perfiles que ofrecen servicios especializados en brindar compañía y escucha activa, reconociendo que la demanda de este sector poblacional trasciende lo puramente corporal.

Obstáculos que persisten

Las personas adultas mayores enfrentan múltiples barreras. La primera es social: se da por hecho que ya no tienen interés en la intimidad, lo que vuelve el tema invisible tanto en consultorios médicos como en conversaciones familiares.

Los problemas de salud física también representan un desafío. Condiciones como artritis, enfermedades cardiovasculares o cambios hormonales pueden generar dificultades. No obstante, muchas de estas barreras se pueden superar con tratamientos adecuados o con ajustes en la forma de vivir la intimidad.

Especialistas en gerontología coinciden en que existe una resistencia cultural a asociar vejez con sexualidad, aunque también observan un interés creciente por comprender qué ocurre con la vida íntima de las personas mayores.

Una industria que se adapta

El sector del acompañamiento también ha evolucionado. Las plataformas en línea han diversificado sus servicios, entendiendo que muchos clientes de edad avanzada buscan algo más que un encuentro breve. Las escorts de varias ciudades mexicanas ahora incluyen entre sus servicios conversación, cenas, compañía para eventos sociales y, sobre todo, un espacio libre de juicio donde expresar afecto.

Este cambio refleja una demanda real: adultos mayores que buscan conexión humana genuina en una sociedad que frecuentemente los invisibiliza. El acompañamiento profesional, en estos casos, ofrece un espacio donde sentirse escuchados, valorados y tratados con dignidad.

Reinventar la intimidad

En la vejez, las relaciones íntimas no tienen que replicar los patrones de la juventud. Las parejas pueden explorar nuevas formas de conexión y placer adaptadas a sus capacidades y deseos actuales. Especialistas en sexología geriátrica señalan que cuando las personas descubren que con la edad la sexualidad puede transformarse positivamente, renace el deseo y la imaginación se convierte en aliada.

El envejecimiento activo incluye ejercicio físico y mental, buena alimentación y, para quienes lo deseen, una vida afectiva plena. Este enfoque integral mantiene no solo la salud física, sino también el bienestar emocional y relacional.

Abrir el diálogo

México necesita más espacios de conversación sobre la afectividad en la tercera edad. Desde campañas de información pública hasta capacitación para profesionales de la salud, hay múltiples acciones que pueden normalizar un tema que impacta la calidad de vida de millones de personas.

Los derechos afectivos no caducan. Reconocer esta realidad es el primer paso para construir una sociedad más inclusiva con todas las etapas de la vida. Porque envejecer no significa renunciar al placer, la compañía o el afecto. Significa encontrar nuevas formas de vivirlos.

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