Estudio revela que enojarse puede ser bueno para la salud

Por: Agencia

De acuerdo a Aaron Sell,  profesor de Psicología y Criminología en la Universidad de Heidelberg, Alemania, ha explicado que el enojo y la ira pueden tener algunos beneficios para nuestra salud. Incluso en materia de supervivencia.

Sell describe cómo una parte importante de este “control mental” proviene de un elemento puramente fisiológico: la “cara de ira”. Según el experto, cuando uno está enfadado, la ceja se vuelve más marcada, el grosor de la mandíbula aumenta y las fosas nasales se ensanchan.
La cara de enfadado uno la hereda, asegura Sell, quien sostiene que los niños que han nacido ciegos “tienen caras de enojo como los demás”.
El profesor de Criminología acude a nuestros ancestros para explicarlo. Según él, lo lógico sería que aquellos que no se enojaban ni se metían en peleas tuvieran una mayor tasa de supervivencia que el resto de seres humanos. “Lo que sucedió”, explica Sell, es que “las personas que tenían un tipo particular de ira fueron más fuertes que las que no, quienes fueron robadas y maltratadas causándoles incluso la muerte”, asegura el profesor. revivieron fueron aquellos que amenazaron con retirar la cooperación, recordando fácilmente a los demás todo el bien que hacen. “La ira le dio a estos humanos una ventaja evolutiva”. Pero para entender la ira, tenemos que saber qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando nos enojamos. Así entenderemos la ventaja evolutiva. La BBC habló con el profesor Ryan Martin, presidente del programa de Psicología en la Universidad de Winsconsin-Green Bay (Estados Unidos) quien presenta un podcast enfocado exclusivamente en la ira. Todo esto, dice Martin, es una reacción fisiológica del cuerpo que busca llenarte de energía para que sepas responder a cualquier situación que se te presente. Y el cerebro también hace su parte. Es una forma de adaptarse a la situación que te provoca la ira porque no quieres estar pensando en otras cosas si estás tratando de responder a lo que te enoja. Por tanto, la ira puede volvernos más agresivos física, verbalmente y hasta en las redes sociales, pero hay que aprender a controlarla y usarla en nuestro propio beneficio, aseguran los expertos que aparecen en el programa de Burkmande.
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