Por: Agencia
Eso lo hizo mientras desarrollaba una empresa de cosméticos naturales valorada en US$1,7 millones, con un modelo de negocios bastante particular: nunca ha pedido préstamos a los bancos, ni ha aceptado recursos de inversionistas para expandir su negocio.
"Yo quería hacer crecer mi empresa al estilo viejo. Vender, hacer dinero y reinvertirlo. Nunca quise trabajar con capital prestado porque soy musulmana y confío en que haciendo las cosas bien, uno será recompensado".
La primera empresa que fundó fue una compañía textil que no anduvo muy bien. Decidió cerrarla y de inmediato se puso a pensar en un nuevo proyecto.
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Así nació Shea Terra Organics, una empresa de productos naturales para el cuerpo que utiliza insumos provenientes de grupos tribales y pequeñas comunidades de productores en países como Madagascar, Egipto, Marruecos, Namibia o Tanzania.
Partió hace 17 años utilizando ingredientes desconocidos en el mundo occidental como el Aceite de Argán o el Shea Butter, también conocido como mantequilla de Karité.
Luego diversificó su producción viajando a lugares apartados para descubrir los secretos provenientes de aldeas muy pobres donde aún se siguen utilizando ingredientes nativos para tratar la piel.
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"Por años tuve la intención de generar empleos en lugares donde las condiciones de vida son muy precarias. Sabía que ese conocimiento ancestral podía tener aplicaciones que beneficiaran a los indígenas productores de las materias primas y que, al mismo tiempo, me permitieran abrir un nuevo mercado de productos completamente naturales", dijo Umbel.
El jabón negro africano
La compañía, con sede en el estado de Virginia, EE.UU., actualmente vende sus productos online y los distribuye a través de Vitamin Shoppe, una cadena con 700 tiendas en el país.
Una de las dificultades que Umbel ha encontrado durante los últimos años es que "el mercado de los productos naturales está lleno de productos falsos, con mínimas concentraciones de los ingredientes esenciales y que en realidad son un engaño a las personas".
"Así es muy difícil competir porque yo no estoy dispuesta a sacrificar la calidad de mis productos para conseguir más ingresos", afirma.
Por años tuve la intención de generar empleos en lugares donde las condiciones de vida son muy precarias"