Frontera Coah.- Desde el pasado 20 de diciembre, la parroquia Verbo Encarnado y la Casa Migrante, encabezadas por el padre Paulo Sánchez Valencia, han atendido a un promedio de hasta 80 a 100 migrantes por día.
Este flujo constante refleja la creciente presión migratoria en la región, donde cientos de personas buscan asilo y un paso seguro hacia Estados Unidos.
"En un principio atendíamos mayormente a familias completas, muchas con niños pequeños. Sin embargo, en las últimas semanas hemos notado un cambio en el perfil de los migrantes: ahora son adultos jóvenes quienes buscan ayuda para continuar su camino", declaró el padre Sánchez Valencia.
Los migrantes llegan a la parroquia en condiciones de vulnerabilidad, después de recorrer largas distancias y enfrentarse a peligros como el clima extremo, la violencia y la escasez de recursos. La Casa Migrante ofrece alimento, refugio y orientación, pero el incremento en la afluencia ha comenzado a desbordar sus capacidades.
A pesar de las dificultades, Sánchez Valencia reafirmó su compromiso de brindar apoyo humanitario a quienes lo necesitan. "Es nuestra misión ayudar sin importar las circunstancias. Estas personas están buscando una vida mejor, y nuestra labor es darles esperanza en medio de su travesía", aseguró.
Mientras tanto, en la parroquia Verbo Encarnado, el esfuerzo y la solidaridad continúan siendo la respuesta inmediata a una problemática que no muestra signos de disminuir, los grupos se han estado yendo en el tren de las 2:00 de la mañana con el fin de llegar a la frontera con Estados Unidos.