CUATRO CIÉNEGAS, COAHUILA.- "Mi familia y mi mamá me mantenían vivo, ellos me daban fuerzas para seguir adelante", expresó el candelillero Juan Antonio Pérez Martínez, quien estuvo desaparecido en el desierto casi cuatro días. Su regreso fue considerado un verdadero milagro por sus seres queridos.
Durante la entrevista, Juan Antonio explicó que junto con dos compañeros salió a La Paloma en busca de una manguera para quemar la candelilla. En un cañón, decidió tomar un camino diferente para regresar, subiendo una loma que lo desorientó completamente.
"Caminaba solo por las noches y me resguardaba del calor durante el día. Encontré un bebedero sin agua, y en mi desesperación prendí fuego en una palma para que me vieran desde lejos, pero estaba muy alejado en el desierto."
Al ver un rancho deshabitado sin agua, volvió a prender fuego para llamar la atención. Aislado, sin recursos y con la mente afectada, fue el pensamiento constante en su familia — su esposa Teresa, sus tres hijos Ángel, Juan y Estefanía, y su madre Sor Juana — lo que le dio fuerzas para seguir con vida.
Con síntomas de deshidratación y quemaduras de primer grado, y después de ser localizado tras intensas labores de búsqueda por Seguridad Pública, Protección Civil y ejidatarios, Juan Antonio fue trasladado al Hospital General en Cuatro Ciénegas, donde recibió atención médica y fue dado de alta en pocas horas.
Ahora en casa, reflexiona: "Le doy gracias a Dios por estar vivo. Hay que salir adelante, recuperarse y seguir trabajando. Soy fuerte, especialmente porque siempre pensé en mi familia."