Frontera, Coah.- Clemencia llegó a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 9 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el municipio de Frontera, con 120 kilos de peso, hipertensión, agotamiento físico y depresión, pero gracias al médico familiar que la derivó al servicio de Nutrición, perdió 30 kilos, transformó su vida y actualmente está dada de alta.
“Me siento como si hubiera nacido otra vez, plena y feliz, gracias al Seguro Social”, sostuvo Clemencia, ama de casa de 57 años de edad y madre de tres hijos.
La especialista en nutrición adscrita a la UMF No. 9, Elva Guadalupe González Valdez, informó que casos como el de Clemencia motivan a otros pacientes a buscar ayuda profesional.
La causa inicial de su consulta fue por hipertensión, era también prediabética, apenas podía caminar, le dolían las rodillas y subir las escaleras era imposible, por su sobrepeso se sofocaba y aumentaba su presión arterial.
Se le tomaron medidas antropométricas (talla, peso, perímetros corporales) y se le hizo un menú establecido de acuerdo a su índice de masa corporal.
Gracias a los cambios que con apoyo de la nutrióloga realizó en su forma de vida y a su constancia, perseverancia y disciplina, su testimonio es otra historia de superación que motiva a más pacientes.
El programa de nutrición se basa en sesiones educativas tipo talleres, con duración aproximada de dos horas, en los cuales se explica la importancia de consumir alimentos saludables, las combinaciones de alimentos, el plato del buen comer, tamaño de las porciones, importancia del agua y ejercicio.
“Yo estaba muy decidida a cambiar mi vida y lo logré”, expresó el ama de casa, quien reveló que cambió su dieta alta en grasas y azúcares por alimentos ricos en proteínas y verduras, también aprendió a realizar actividades físicas, actualmente toma clases de zumba.
Reveló que siempre fue una persona delgada pero luego de su último embarazo empezó a subir de peso.
Cuando tenía 41 años de edad, su esposo falleció y cayó en depresión. “Me sentía muy triste, no dormía, a veces no comía y otras en exceso”, abundó la paciente. La ausencia de su compañero de vida la marcó pero el amor de sus hijos la mantuvo siempre de pie y a base de esfuerzo, los sacó adelante.
Para Clemencia bajar de peso no sólo elevó su autoestima sino también le regresó su salud. “Con la pérdida de los kilos también se fueron mis enfermedades”.
Finalmente, afirmó que la clave para vencer a la obesidad es tener amor propio, disciplina y constancia. En su caso, aceptó su problema, buscó ayuda de profesionales de la salud.
La nutrióloga de la UMF No. 9 invitó a todos aquellos que quieran seguir el ejemplo de Clemencia acudir a las unidades médicas del IMSS donde encontrarán el asesoramiento y atención que se requiere.
“Al bajar de peso, se te quitan todo tipo de malestares, cambia la piel, te ves más atractiva. Es el analgésico más potente del mundo”, finalizó la nutrióloga.