ALLENDE, COAHUILA. – “Parece la prehistoria”, es la frase que más se escucha entre vecinos de distintas colonias de Allende, donde calles intransitables, baches, fugas de agua y vialidades sin pavimentar se han vuelto parte del día a día, provocando creciente molestia y descontento social.
La falta de obras integrales y la deficiencia en servicios básicos han generado frustración entre las familias, quienes acusan omisión y falta de interés por parte del gobierno local.
Uno de los reclamos más recurrentes es el desabasto de agua potable, que persiste desde hace años. Los vecinos aseguran que, al abrir la llave, el agua sale turbia, con mal olor y a veces de color chocolate, sin que haya un plan concreto para renovar la red o garantizar el suministro en sectores críticos.
En algunas colonias, los drenajes colapsados provocan escurrimientos constantes y olores insoportables. Familias han tenido que convivir con aguas negras frente a sus viviendas, sin que se implementen acciones serias de desazolve o cambio de tuberías obsoletas. La situación se agrava durante la temporada de lluvias, cuando las calles se inundan y los drenajes revientan.
A esta crisis de servicios se suma la creciente inseguridad en barrios como Santa Cruz, Nueva Jerusalén y El Mirador, donde los vecinos denuncian la ausencia de patrullajes y vigilancia, debido a la falta de unidades y personal policial. Reportan un aumento en robos a casa habitación y hechos violentos, sin una estrategia clara para contenerlos.
“Parece que al alcalde Ricardo Treviño no le importa lo esencial. Prefiere cortar hierba en los bulevares, pintar las plazas y poner flores en las entradas, pero no invierte en lo que realmente necesitamos: agua limpia, calles transitables, seguridad y drenaje”, reprochó un vecino de la colonia Ignacio Allende.
Mientras tanto, sigue sin percibirse una visión integral que priorice el bienestar de las familias allendenses, más allá de las obras superficiales en zonas céntricas que, para muchos, son solo maquillaje.