SAN BUENAVENTURA-COAH.- La casa de la familia Garza Vázquez, quedó con el techo y paredes cuarteadas tras haberse incendiado, lo que genera que cuando se registren lluvias ingrese el agua y se volvió más fría.
Delia Margarita Vázquez y su hijo Justin, son personas con discapacidad, padecen epilepsia que les detectaron desde pequeños, mientras que Pablo Garza, el hombre del hogar tiene que cuidar de los dos pues sabe que en cualquier momento alguno podría sufrir una crisis que podría llevar hasta un hospital.
El domicilio se localiza en el Fraccionamiento Los Nogales.
Pablo trabaja para una empresa del municipio de Frontera, con el salario que gana apenas y le alcanza solo para mal comer y cubrir algunos gastos del hogar.
A finales de octubre, precisamente el día de San Judas Tadeo, el fuego acabo con todas las pertenecías de los moradores, tras dejarle una veladora encendida al santo, situación que los obligo a buscar alojamiento con personas conocidas en lo que buscaban los medios para restaurar su casa.
Poco a poco fueron mejorado su domicilio, actualmente cuentan con lo indispensable aunque desearían tener un calentador, más que nada para el pequeño Justin.
“Teníamos nuestro calentador, lo acabábamos de comprar y se quemó, junto con nuestros documentos oficiales”, dijo.
Desde que se registró el siniestro, Margarita no consulta en ningún nosocomio, tampoco ha llevado a su hijo a checar la salud para que le doten medicamento para controlarle sus crisis.
El menor y ella, no han sufrido epilepsia, cosa que asegura que se lo debe a Dios y el incendio que se registró en su casa fue una prueba para ver lo fuerte que son.
Le gustaría que alguien la pudiera ayudar con la tramitación de sus documentos o bien que la orienten, pues solo cuenta con el apoyo de su esposo sin embargo él trabaja para llevarles el sustento.
Las personas que deseen llevarles algún apoyo, ellos viven en la calle Enrique Martínez y Martínez, del Fraccionamiento Los Nogales.