La Asamblea General de la ONU proclamó, en la resolución A/72/439, el 23 de septiembre como Día Internacional de las Lenguas de señas con el fin de concienciar sobre la importancia de la lengua de señas para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas.
La propuesta para la celebración de este día fue realizada por la Federación Mundial de sordos (DMA), una Federación de 135 asociaciones nacionales de sordos, que representan aproximadamente 70 millones de personas sordas en todo el mundo, la resolución fue aprobada por consenso el 19 de diciembre de 2017.
Se eligió el 23 de septiembre como la fecha conmemorativa porque fue la fecha en que se estableció el DMA en 1951. Este día marca el nacimiento de una organización que tiene como uno de sus principales objetivos, la preservación de los lenguajes de signos y la cultura sorda como prerrequisitos para la realización de los derechos humanos de las personas sordas.
El primer día internacional de las lenguas de señas se celebrará el 23 de septiembre de 2018 como parte de la semana Internacional de los sordos, la cual se celebró por primera vez en septiembre de 1958 y desde entonces se ha convertido en un movimiento global que promueve y crea conciencia sobre las cuestiones que las personas sordas enfrentan en su vida cotidiana. Este año se llevará a cabo del 24 al 30 de septiembre, y tendrá el lema: "Con lenguaje de señas ¡todo el mundo está incluido!".
Ahora bien, según la DMA, existen aproximadamente 72 millones de personas sordas en el mundo. Más del 80 por ciento vive en países en desarrollo y como colectivo, utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas.
Las lenguas de señas son idiomas naturales a todos los efectos, estructuralmente distintos de las lenguas habladas. Existe también un lenguaje de señas internacional que es el que utilizan las personas sordas en reuniones internacionales y, de manera informal, cuando viajan y socializan. Este lenguaje internacional se considera una lengua pidgin, es decir, una lengua mixta creada a partir de una lengua determinada más otros elementos de otra u otras lenguas. En el caso de la lengua de señas internacional es menos compleja que la lengua natural de señas y tiene un léxico limitado.
La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas, además establece que tienen el mismo estatus que las lenguas habladas y obliga a los estados partes a que faciliten el aprendizaje de la lengua de señas y promuevan la identidad lingüística de la comunidad de las personas sordas.
La Asamblea de la ONU establece que el acceso temprano a la lengua de señas y a los servicios en este lenguaje, incluida una educación de calidad en esa lengua, es vital para el crecimiento y el desarrollo de las personas sordas y decisivo para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible. Resalta también la importancia de preservar las lenguas de señas como parte de la diversidad lingüística y cultural.