MONCLOVA; COAH.- En Coahuila, 360 niños y adolescentes viven en situación de abandono y esperan la oportunidad de ser adoptados. Sin embargo, para 84 de ellos, la posibilidad de encontrar un hogar es mínima. No por falta de deseo, sino porque la sociedad les ha impuesto una etiqueta: "de difícil colocación". Son adolescentes de entre 15 y 18 años, muchos con alguna enfermedad, discapacidad o condición de salud mental que los convierte, a los ojos de posibles adoptantes, en casos "complicados".
El director del DIF Coahuila, Alejandro Cepeda, explicó que se han tomado medidas para agilizar los procesos de adopción, como la implementación del certificado de abandono, el cual permite que la Procuraduría de los Niños, Niñas y la Familia (Pronnif) reduzca los tiempos de espera. Esto ha logrado disminuir la cantidad de menores en casas de asistencia del DIF estatal, pasando de 120 a 63. A pesar de ello, la realidad sigue siendo cruda para aquellos cuya edad o condición los margina aún más.
Los niños pequeños y sanos encuentran familias con mayor facilidad. En cambio, los adolescentes que han crecido en instituciones, aquellos que han pasado años viendo cómo sus amigos se van adoptados mientras ellos siguen esperando, enfrentan un panorama desolador. Para muchos, la esperanza de tener un hogar se desvanece con cada cumpleaños.
El DIF trabaja en campañas de sensibilización para cambiar esta realidad, buscando que más familias consideren la adopción de adolescentes y niños con necesidades especiales. Sin embargo, la tarea es titánica: la sociedad aún no está completamente preparada para abrirles las puertas.
Y mientras las políticas avanzan lentamente, 84 jóvenes en Coahuila siguen esperando, con la ilusión intacta, que alguien los vea más allá de su edad o condición y les brinde el regalo más valioso: un hogar donde sentirse amados.