La mayoría de las religiones en la región centro han aceptado la vacuna contra el Covid-19 e incluso siguen orando para que el virus deje de afectar la salud de las personas, demostrando así que aunque son diferentes, ninguna está peleada con la ciencia.
Cada miércoles, miembros de la iglesia cristiana se instalan bajo el puente que está frente a la Clínica 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dedican horas a predicar la palabra y a orar para pedir por la salud de los pacientes que se encuentran hospitalizados.
Comentaron que su religión no les prohíbe ser vacunados, al contrario, hacen lo posible por ayudar al prójimo, incluyendo la trasfusión de sangre. La mayoría de los miembros ya ha recibido la vacuna de Pfizer y los de 18 a 39 años de edad, esperan el día de estar protegidos contra el coronavirus.
La iglesia bautista Príncipe de Paz se reúne cada domingo en dos horarios para orar y dentro de las peticiones que hacen a Jesucristo, es que la pandemia se acabe, la esposa del ministro indicó que su religión no está peleada con la ciencia y más si es para mejorar la salud de las personas.
“Algunos tenían miedo de las reacciones que podían tener ya que no lo tenemos prohibido, ya es de cada quien si se vacunan o no. Mi esposo y yo solo presentamos dolor de brazo, tomamos paracetamol con naproxeno y se nos quitó”.
La iglesia Príncipe de Paz apenas regresó a realizar reuniones con más aforo dentro del templo gracias al semáforo epidemiológico en color verde, de un 50 por ciento y aceptando a niños, así como un 30 por ciento de afluencia a clases.
“Antes que abriéramos en agosto si hubo familias que se contagiaron, pero desde entonces no tenemos registro, cada domingo nos reunimos 150 y de ese número, solo hubo 5 que no quisieron aplicársela”.
Mientras que los testigos de Jehová rechazan que sus miembros consuman sangre o aceptar transfusiones de ella o de sus componentes principales basándose en algunos versículos de la Biblia, como el 17:14 del Levítico, que dice: "no deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre”.
Sin embargo, si han recibido la vacuna contra el Covid-19 que ha sido aplicada a la población de 40 a mayores de 60 años, esto bajo la decisión de la misma persona a estar inmunizada, por lo que la religión no es un impedimento para mejorar su salud.
Por otra parte, el Vicario de la Diócesis de Saltillo en la región centro, el Padre Jorge Guzmán indicó que detrás de las vacunas hay un estudio ético y médico, además es un acto de caridad y justicia porque es cuidar de la propia salud, y así se cuida a los demás.
“Es un acto de justicia que las vacunas lleguen a todos, a quienes más lo requieren y necesitan, en México se está llevando a cabo el proceso de vacunación aunque no con la rapidez que se quisiera. Por eso la iglesia católica hace una invitación a la población para que participen libremente de esta jornada de vacunación”.
Señaló, es una protección para la propia salud, sobre todo porque la pandemia sigue vigente e incluso hay estados vecinos como Tamaulipas y Nuevo León, donde ya se empieza a ver un ligero repunte en los contagios.
“Es un medio que de alguna forma, Dios favorece porque quiere la salud de todos, la iglesia está a favor de que las personas tengan acceso y reciban las vacunas”.
